Esto es, ni más ni menos, lo que hizo en 2015 el ayuntamiento de Eskilstuna, una ciudad sueca de unos 107.000 habitantes que, con el objetivo de reducir el índice de residuos, sensibilizar a la población acerca de un estilo de vida más sostenible, y crear puestos de trabajo sociales, creó ReTuna Återbruksgalleria, un centro comercial donde todas las tiendas debían ofertar únicamente productos de segunda mano.
Para facilitar el éxito del proyecto y agilizar su funcionamiento, se decidió construir el centro comercial justo al lado del Centro de reciclaje de la ciudad. De esta manera, la gestión del espacio se convertía en mucho más económica y ambientalmente responsable.
Cómo funciona el centro comercial ReTuna
La ciudadanía deja en el centro de reciclaje aquellos objetos de los que se quiere deshacer. Desde allí, son gestionados y derivados directamente al centro comercial, donde cada tienda selecciona aquellos productos que aplican a su negocio y que cree que podrá devolver al circuito de consumo. Por supuesto, existe un servicio de reparación y upcycling a caballo entre ambos espacios donde los productos que lo necesitan son restaurados para facilitar su recomercializacón.El proceso de compra es idéntico al de cualquier otro centro comercial, donde además es posible tomar un tentempié a base de comida orgánica.
Según Anna Bergström, asesora del proyecto ReTuna a quien puede escuchar en la edición 2024 del Congreso Waste in Progress, las claves del proyecto son “el haber convertido el espacio en un lugar atractivo, alejado de los típicos fea markets; la diversificación y parcelación de los productos, que permiten al comprador encontrar todo lo que necesita en un mismo espacio pero de manera separada y clasificada; y, por supuesto, la atención al cliente”.
ReTuna en la actualidad
Actualmente el centro comercial cuenta con 3.000 m2, 15 tiendas distintas, entre las que se encuentra una tienda de artículos deportivos, un outlet de electrónica, una boutique de moda, un centro de jardinería y una juguetería. Cada día recibe alrededor de 700 visitantes, cuenta con una facturación de 1,8 millones de dólares al año y ha creado unos 50 puestos de trabajo. En el centro comercial, además, se realizan eventos, conferencias y talleres para educar al público sobre la sostenibilidad.En 2018 Eskilstuna fue nombrada como la ciudad del reciclaje por The Guardian y en 2024 ha sido considerada una de las ciudades más felices por el Happy City Hub. ReTuna abrió sus puertas en 2015 y está gestionado por la empresa municipal Eskilstuna Energi och Miljö.