La industria del calzado chileno vive, desde los años 90, azotada por las corrientes de una economía de libre mercado que exige competitividad. Si bien hoy el panorama no ha cambiado demasiado, el siglo XXI le ha dado nuevos aires al sector de la mano de diversas etiquetas que creen en el “hecho en Chile” desde una mirada boutique.
En esta línea encontramos a la marca de zapatos de autor de Constanza Moreno, Obra, quien desde el comercio justo quiere revalorizar “el hacer” motivando al consumidor a ser un miembro activo de la cadena de valor.
Los caminos de Obra
Constanza navega contra una corriente, que a veces puede ser escalofriante. Sin embargo, no se aterra. No le interesa ni la velocidad de producción, ni las tendencias, sino la “mística” de un oficio que en Chile estuvo a punto de desaparecer.
Su meta es diseñar y crear zapatos desde una realidad que suena a naif, pero que hoy se cimienta como única alternativa en un mundo cada vez más golpeado por la irresponsabilidad humana. Desde su perspectiva, la economía colaborativa, las redes de talento joven y el potente entramado social tras la cadena de producción del calzado, son los caminos apropiados para crear y ser sostenible en el tiempo.
En esta línea, a través de “Obra”, busca distinguir entre el concepto mano de obra y ‘obras de mano’, centrando su relato en el artesano, sin dejar de lado la vanguardia, sofisticación, elegancia y arte de sus productos.
“Resilia” la nueva colección Otoño Invierno inspiradas en Mujeres influyentes en la Historia de nuestros derechos como Genero. Modelo Virginia, inspirados en Virginia Woolf.
Para Constanza, los zapatos deben ser parte de la identidad e imagen de quien los porta. Deben ser productos que transmitan “el hacer” y se conviertan en vehículos de revalorización de las personas que los fabrican.
En esta línea, junto a otra marcas de zapato nacional, desarrollaron la plataforma, Calzado Oficio Chile, que buscar ser “un canal sostenible para el desarrollo local rescatando técnicas tradicionales de fabricación y materiales provenientes de la industria nacional, proyectándose desde el diseño sustentable y el comercio justo”.
Todo ello en el entendido que la grandeza no se construye por el volumen, sino a través de un hacer responsable, que está logrando renacer una industria del zapato, que no aspira a la masividad, sino a tocar la mente y los pies de aquellos que entienden que la moda y la ética no caminan por sendas separadas.
* Las imágenes de éste artículo son cedidas por Obra para el mismo.
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