Un año más, este 28 de junio se celebra el día del Orgullo LGTB. Un día que se celebra a través de actos y actividades culturales, llamando a la tolerancia y a la igualdad de derechos de este colectivo. Y es que al fin y al cabo, los derechos de la comunidad LGTB, son también derechos humanos, y nadie puede ser discriminado por su orientación sexual. Por tanto, el día del Orgullo Gay, o LGTB, se promulga la idea de que nadie tiene que avergonzarse o esconderse por su sexo o identidad sexoafectiva, mereciendo el mismo derechos y consideración que la población heterosexual, así como los mismos derechos a todos los niveles.
El Orgullo Gay se celebra el 28 de junio en conmemoración de los disturbios de Stonewall. En este bar frecuentado por gais y lesbianas, situado en Nueva York, se empezaron a hacer redadas policiales al amparo del Gobierno. Frente a esta persecución, la comunidad gay por primera vez se enfrentó y organizó para reclamar la convivencia pacífica, y el respeto de todas las personas independientemente de su opción sexual.
España ha conseguido muchos logros al respecto durante los últimos años. La ley reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, los derechos reproductivos o de adopción, derechos de elección de género para personas transexuales, y recoge en el código penal la prohibición de la discriminación de este colectivo. Nuestro país está en el 9º puesto dentro del ranking europeo de países que dan garantías legales y sociales a la comunidad gay. No obstante, seguimos enfrentándonos a grandes retos, más difíciles de controlar.
En el último año han repuntado los delitos de odio en un 36%. Los menores que manifiestan su homosexualidad tienen un riesgo tres veces mayor de sufrir bulling en los colegios o a través de las redes sociales. Las amenazas, y las agresiones físicas y verbales permanecen ocultas. No se denuncian por diferentes motivos, como la desconfianza hacia las fuerzas de seguridad del estado, o porque consideren que la denuncia resulta inservible.
Aunque tengamos que reeducar a la sociedad española para que los derechos de la comunidad LGTB se respeten como derechos humanos, el mapamundi de los derechos nos revela que en pleno siglo XXI que sigue habiendo grandes injusticias al respecto.
El matrimonio homosexual a día de hoy sólo está permitido en 23 países en todo el mundo. Son países como Portugal, Noruega Francia y Holanda. Hay países europeos como Italia, Grecia o Alemania donde no se reconoce aún el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ofrecen la posibilidad de contraer una unión civil con menos derechos que en el matrimonio.
Sin embargo, en torno a 70 países en el mundo, cuatro de cada diez, tipifican como ilegales las relaciones homosexuales consentidas, y su ley recoge penas de cárcel por tal delito. En Egipto, Marruecos Túnez y Libia, y también en varias de las antiguas repúblicas soviéticas, igual que en Siria, ocurre precisamente esto. De estas 70, 13 de ellas pueden condenarlo con la pena de muerte. Esto ocurre en varios países de Oriente Medio, en países como Arabia Saudí, Libia o Mauritania, que figuran precisamente en esta lista negra.
Del mismo modo que el sexo y la raza, la identidad de género y la orientación sexual están ligadas a aspectos fundamentales de la identidad humana y afectan al núcleo del derecho a la integridad física y mental de las personas.
Por eso, la falta de respeto a los derechos de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales –incluido el matrimonio civil entre personas del mismo sexo– entra de lleno en el ámbito de los derechos humanos y la violación de estos derechos es preocupante.
Fotografía: Christian Sterk