Esta tecnología podría convertir pronto las ventanas y paredes de los edificios en una nueva y rica fuente de electricidad, además funcionan incluso en días nublados.
El invento del universitario filipino se llama AuREUS (Aurora Renewable Energy and UV Sequestration). Los dos dispositivos AuREUS (Borealis Solar Window y Astralis Solar Wall) utilizan la misma tecnología empleada en las bellas auroras boreales y australes. Las partículas de alta energía son absorbidas por partículas luminiscentes que las reemiten como luz visible.
Un tipo similar de partículas luminiscentes (derivadas de ciertas frutas y verduras) se suspendió en un sustrato de resina y se utiliza como tecnología central en ambos dispositivos.
Cuando son alcanzadas por la luz ultravioleta, las partículas absorben y reemiten luz visible a lo largo de los bordes debido a la reflectancia interna. Las células fotovoltaicas se colocan a lo largo de los bordes para capturar la luz visible emitida. La luz visible capturada se convierte en electricidad de corriente continua.
Los circuitos reguladores procesan la tensión de salida para permitir la carga de la batería, el almacenamiento o la utilización directa de la electricidad.
El panel solar creado a partir de residuos de cultivos reciclados produce energía incluso si no brilla el sol.
Lo que hace especial a AuREUS es que, a diferencia de los paneles solares ordinarios, puede funcionar incluso cuando no está directamente orientado hacia el sol; puede captar incluso los rayos UV a través de las nubes y por el rebote de la luz UV a lo largo de las paredes, las aceras y otros edificios.
Carvey intentó utilizar los residuos de cultivos de frutas y verduras como compuesto para absorber la luz ultravioleta: tras probar casi 80 tipos diferentes de cultivos locales, descubrió nueve que mostraban un gran potencial de uso a largo plazo. Mezclándolos con una resina y recubriéndolos con una película solar, creó paneles similares a los de vidrio que pueden producir una cantidad sorprendente de electricidad. El sustrato, cuando se aplica a los materiales, es fuerte, translúcido y puede moldearse en diferentes formas.
El panel de prueba, teñido de verde lima pero transparente, puede generar suficientes vatios al día para cargar dos teléfonos. Carvey afirma que, cuando se amplíen, estos paneles podrían permitir a los edificios producir toda su electricidad. Ya está estudiando cómo desarrollar su material más allá de su uso en ventanas y paredes, así como en textiles y aplicaciones en coches, barcos y aviones.
Carvey también recibió 35.000 dólares como parte del premio. En la actualidad, entre los cinco colores utilizados (rojo, naranja, amarillo, verde y azul), aún no se ha conseguido una alternativa estable al tinte azul. El éxito en este campo hará que la sostenibilidad cierre el círculo.
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