Vamos a tratar de dar una explicación sencilla y comprensible que explique la cada vez mayor intensidad de los huracanes.
¿ Cómo se forma un huracán ?
Los huracanes necesitan para su formación que se den tres circunstancias: una humedad alta, vientos relativamente constantes a diferentes altitudes y una temperatura de la superficie del océano alta ( normalmente superior a los 26º C ).
El mecanismo por el que se forma un ciclón tropical ( conocido como huracán cuando se forma en los océanos Atlántico norte y Pacífico oriental, tifones cuando se forman en el Pacífico noroccidental y ciclones cuando se forman en el océano índico y suroeste del Pacífico ) consiste en una masa de aire cálido que se eleva sobre el agua de los océanos causando un área de menor presión de aire cerca del océano. El aire con mayor presión de las áreas colindantes llena el área de baja presión, volviéndose cálido y húmedo, elevándose también. Cuando el aire cálido y húmedo se eleva y se enfría, el agua presente en el aire forma nubes. Todo el sistema de nubes y aire gira y crece alimentado por el calor del océano y el agua que se evapora de la superficie.
Desde mediados de los años setenta, el número de huracanes que alcanzan las categorías 4 y 5 en fuerza, es decir, las dos clasificaciones más fuertes, se ha duplicado.
Huracanes y cambio climático
El aumento general de la temperatura del planeta provocada por el cambio climático, produce un aumento de la temperatura del agua de los océanos. Debido a la relación que existe entre los océanos cálidos y el comportamiento de los huracanes, el calentamiento de la superficie de los océanos puede aumentar la intensidad de los huracanes.
Además, el aire caliente tiene más vapor de agua que el aire frío, y las elevadas temperaturas del aire que se observan desde los años setenta han provocado que el contenido atmosférico de vapor de agua aumente también. Este aumento de la humedad proporciona un “combustible” adicional para los huracanes.
Por otro lado, a medida que suben las temperaturas de los océanos, aumenta la temperatura de las aguas subterráneas del océano que sirven como un mecanismo natural de frenado para los huracanes. Cuando los vientos fuertes de la tormenta revuelven el agua subterránea más fría, las aguas más frescas pueden servir para debilitar la tormenta. Pero si las aguas más profundas se vuelven demasiado calientes, este mecanismo de frenado natural se debilita.
Fuente: Union of Concerned Scientists
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