Hace un par de semanas, mientras disfrutaba de unos días de descanso y me dedicaba a leer cosas por la red con más tranquilidad de lo normal, de forma totalmente casual llegué hasta un blog que me enganchó bastante.
El blog se llama Mamá Valiente y si pincháis sobre el nombre, os llevará directamente a él. Si os atrae una forma de vida más minimalista, estoy segura de que os gustará leer las historias que nos cuenta esta mamá de tres peques, dos de ellos mellizos ;-)
El caso es que, leyendo su blog, he descubierto que en cuestiones de limpieza del hogar casi todos los miles de productos que solemos emplear para estos menesteres podrían ser sustituidos por productos mucho menos nocivos y que casi todos solemos tener en casa: vinagre, bicarbonato, alcohol, limón, aceite y jabón natural.
Parece increíble que sólo con estos productos se pueda limpiar casi todo, ¿no os parece? Si os interesa, aquí podéis leer la entrada en la que nos cuenta cómo se deshizo de todos los productos que tenía en casa para sustituirlos por estos otros menos tóxicos.
El caso es que me picó el gusanillo y me he propuesto intentar ir eliminando de mi vida paulatinamente tanto producto químico y pasarme a esta otra alternativa.
Y tras volver de nuevo a casa después de las vacaciones, he intentado poner en práctica estos consejos con la limpieza de algunas cosas que tenía un poco dejadas de la mano de Dios.
Lo primero a lo que me he decidido a meterle mano ha sido el horno de la cocina. He de confesaros que mi horno no era ningún ejemplo de limpieza. Y es que de siempre ha sido algo que me ha dado una gran pereza, eso de limpiar el horno. Limpiaba la bandeja del horno cuando veía que ya estaba un poco manchada de restos de comida, pero lo que es el interior del horno nunca lo había limpiado a fondo.
Recordé que por las redes sociales había visto varias veces un vídeo donde enseñaban cómo limpiar el horno para que quedara reluciente, así que me entretuve en buscarlo para ver exactamente cuáles eran los pasos a seguir.
Os dejo el vídeo para que lo veáis:
Y ahora os cuento mi experiencia después de haber realizado el experimento.
Así es como estaba mi horno antes de comenzar con la "operación limpieza":
Si, lo se, ya os lo había dicho, estaba un poco impresentable :-D
Estos son los elementos que yo he empleado:
Con el bicarbonato y unas cucharadas de agua del grifo, hice una pasta, mezclándolo bien en un recipiente.
Una vez conseguida esta pasta, con un estropajo lo apliqué sobre toda la superficie del horno, tanto en el interior como en la puerta:
Una vez cubierta toda la superficie, lo dejé durante 12 horas para que actuase. Lo más cómodo es dejarlo durante toda la noche, para que vaya haciendo efecto mientras descansamos.
Así es como me encontré el horno después de que pasara todo el tiempo de espera (más o menos igual que cuando lo dejé con el mejunje recién echado) :
El siguiente paso es quitar el bicarbonato seco mezclado con la suciedad, que ha quedado formando una costra:
Y una vez quitado lo máximo posible, hay que aplicar vinagre sobre toda la superficie. Yo utilicé vinagre de vino blanco, que era el que tenía por casa, aunque existe un vinagre que se llama vinagre blanco de limpieza, que podéis encontrar en los supermercados, en la parte donde están los productos de limpieza.
Para aplicar el vinagre lo hice con un pulverizador. Se supone que al echar el vinagre, este reacciona con el bicarbonato y hace que se formen "burbujas". Yo he de decir que no llegué a ver esas burbujas, pero también es cierto que como estaba limpiando un poco a ciegas porque no tenía luz en el interior del horno, igual se produjeron y yo no las vi... Por eso de esta parte no hay fotos, porque la verdad es que no habrían aportado nada nuevo :-D.
Lo siguiente es pasar un trapo húmedo para ir retirando todos los restos.
Y así es como quedó finalmente mi horno:
No no llevemos a engaño: impoluto no ha quedado. No se puede decir que haya quedado como de fábrica, pero era complicado con todo lo que había ahí dentro de restos quemados acumulados. La pared del fondo ha quedado un poco regularcilla. A pesar de eso, yo creo que ha quedado bastante aceptable.
A lo mejor con un desengrasante el resultado habría sido similar, nunca lo sabré. Pero prefiero haberlo limpiado con estos dos productos que se que son lo que son y no llevan más ingredientes extraños en su composición.
Después de esto, me entretuve en limpiar también el microondas con los dos mismos ingredientes, aunque de esto no he hecho fotos. En este caso, ha quedado perfecto, aunque es cierto que el microondas si que estaba más decente que el horno, ya que si lo he ido limpiando con asiduidad.
Visto lo visto, creo que la próxima vez volveré a limpiarlos con vinagre y bicarbonato y me he hecho el firme propósito de no dejar el horno tan abandonado como lo he tenido hasta ahora.
Si os animáis a probarlo, me encantará saberlo y que me contéis vuestra experiencia :-D
Besos y hasta la próxima entrada.