¿Qué es un "low-buy year" y qué beneficios te aporta?

¿Cuántas piezas de ropa compras en un año? ¿Crees que podrías limitar esa cifra a una docena o una veintena? Este es el reto que nos lanza Halie (@fromsoiltosawdust), una instagramer minimalista que descubrí hace unos días y que dedica a su cuenta a divulgar un estilo de vida más consciente y minimalista. 

Técnicamente, al reto de Halie se le llama un “low-buy year” y si googleas un poco encontrarás centenares de artículos al respecto. Halie se apuntó a un low-buy year el año pasado prometiéndose llegar a 31 de diciembre con un máximo de 22 nuevos ítems en el armario. Al final, resulta que solo fueron 16, aunque también es cierto que en el recuento decidió no incluir aquellas prendas que había comprado de segunda mano y que vendió antes de finalizar el año. ¿Y por qué te cuento todo esto? Porque la lectura de esta propuesta, la reflexiones de Halie y sobre todo los comentarios de las personas que la siguen, me han hecho pensar bastante sobre nuestra relación con la ropa y el concepto que cada una y que cada uno tenemos de la “sostenibilidad”. 

Así de entrada me pareció que el reto de 22 prendas era algo laxo, porque creo que es un número bastante elevado. Pero luego, leyendo los comentarios a su post, me di cuenta que hay muchas personas que compran muchísima ropa y, principalmente online, por la facilidad que supone vivir a golpe de clic. Muchas de ellas argumentaban que compraban para sentirse mejor. Hace unos meses en Club So Good la coach Minerva Rossi nos hablaba precisamente de que detrás de muchas compras hay una serie de carencias como la baja autoestima o el vacío interior. 

Yo, la verdad, es que no tengo ni idea de cuántas prendas de ropa compro al año.

Yo, la verdad, es que no tengo ni idea de cuántas prendas de ropa compro al año. Creo (por mi apuesta por el minimalismo y la sostenibilidad) que no son muchas. Pero lo cierto es que nunca las he contado. Y creo que marcarse un reto como éste, más allá del beneficio ambiental y mental que pueda suponer, es un ejercicio buenísimo para conocerse mejor y tomar conciencia de nuestros hábitos de consumo.

En segundo lugar, y ya entrando más en el concepto de sostenibilidad, no tengo claro que sea justo omitir en el reto las adquisiciones de segunda mano de las que me deshago antes de finalizar el año. Y es que aunque la segunda mano sea un consumo mucho más sostenible y consciente, no deja de ser consumo al fin y al cabo. Aunque, por otra parte, hace al reto bastante más atractivo y llevadero. Me encantaría conocer tu opinión sobre este aspecto. 

Finalmente, me gustó mucho leer como Halie no está sola y son muchas las personas que cada año se marcan un reto como éste (con la ropa, la tecnología, o cualesquiera que sean sus hábitos de consumo). Estas personas, además, con sus comentarios al post, ofrecieron un montón de argumentos para animar a otras a sumarse a la iniciativa. Te detallo los más relevantes: 

Ahorrar mucho dinero. 

Ganar en orden y espacio.

Poder invertir en prendas de calidad.

Disponer de más tiempo para otras actividades. 

Liberar la mente de preocupaciones como las devoluciones. 

Aprender técnicas de customización, reparación de prendas, etc. 

Prestar mayor atención al cuidado de la prenda en casa (lavados, etc.)

Compartir el reto con otros miembros de la familia o amistades. 

Descubrir que no necesitamos tanto para ser felices y vestir bien. 

Disfrutar más de la ropa que se tiene y de las combinaciones que se pueden hacer. 

Convertir el acto de comprar ropa como un juego, buscando en tiendas de segunda mano o intercambiando con amigas. Aquí, imprescindible la plataforma de fashion sharing This is Ours. 

Conseguir no comprar a grandes corporaciones. 

Reto low-buy year por So Good So Cute

Este 2023 Halie se ha planteado de nuevo el ejercicio, pero esta vez limitando su meta a 12 prendas. Y, ¿sabes qué? Que yo he decidido sumarme a su aventura. Pero con una particularidad: yo no voy a ponerme ningún límite de prendas. Lo que haré es sencillamente ir contabilizando aquellas que adquiero (de primera y de segunda mano) y también ver con cuántas termino el ejercicio. De alguna manera haré mi propio inventario para ver dónde estoy y, quién sabe, en 2024 sí empezar a trabajar el decrecimiento de mi armario. Hacerlo de esta manera, además, cero que restará ansiedad al reto, ya que no tendré un techo que no sobrepasar. 

¿Te animas tú también a un ‘low buy year al estilo So Good So Cute?

Y ahora mi propuesta para ti: ¿te animas tú también a un ‘low buy year al estilo So Good So Cute? Si es así, la única cosa que tienes que hacer es llevar un registro de las prendas que vas comprando y, si quieres, también las que vas vendiendo. Eso sí, yo lo voy a contabilizar todo, incluyendo segunda mano e incluso ropa interior. También voy a llevar un diario de sensaciones en el que intentaré ir anotando cómo me siento tras cada compra realizada o evitada y también tras cada crisis existencial relacionada con el tema. ¿Me sigues? Házmelo saber comentando por aquí o en redes con el hashtag #sogoodlowbuyyear. Te leo. 

Fuente: este post proviene de soGOODsoCUTE, donde puedes consultar el contenido original.
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