Supongo que será el pudor pero me costó escribirle la primera vez. Recuerdo que le envié muchas fotos, le hablé de mi familia y de dónde vivo. Su respuesta fue corta aunque me impactó mucho más la segunda vez que me escribió: “yo no tengo fiesta de cumpleaños porque mi papá trabaja en el campo y no tiene mucho dinero para invitar a mis amigos.”
¡Joder! ¡Qué mierda de vida le ha tocado! Nace en una época de entreguerras, hubo dos conflictos armados en Costa de Marfil en 2002 y 2011, va a un colegio donde no tienen ni bolis, ni lápices, ni libretas. Escriben en pizarras con tiza, que es lo más común en las escuelas rurales, pero aún así no deja de ser una mierda. Usan los colores y los bolis cuando nos mandan dibujos o responden a nuestras cartas y encima no tienen fiesta de cumpleaños… Esto puede resultar demagogo pero hemos salido de una época de consumo total, comidas y cenas ‘pa reventar’, regalos para todos que no hacen ni ilusión y la única preocupación de nuestros niños es que los trajes de los Reyes Magos sean de verdad y no de telas ‘falsas’, hay que joderse…
Foto vía Estefi.
Duele y a la vez reconforta que se vuelvan locos con unas mochilas o con material escolar nuevo. Son detalles que te dan una ‘guantá’ y te coscas de que no valoramos los pequeños detalles, de nuevo diréis que es demagogia, pero es que cuando te implicas en un proyecto como este sin darte cuenta, tu vida cambia y la percepción de las cosas también. No hace falta viajar allí, aunque las ganas sobran, para entender que si nosotros no les echamos un cable nadie se lo va a echar…
Seguiré enviándole fotos y pensando en su última propuesta: “yo sería muy feliz si tú vinieras a verme a nuestra hermosa escuela.”
¡Toma ya! ¡A pensar!
Estefi.