Me cuesta afrontar las noticias de las que hablan todos los medios y todavía mucho más las noticias de las que no habla nadie. Soy consciente de lo pequeños que son los pequeños gestos y de que todo lleva su tiempo, si hay suerte. Y, aún así, soy optimista.
No es ingenuidad ni escapismo. Es puro y duro realismo. Ser pesimista es paralizador y ser optimista es movilizador. Y yo me he propuesto ser una de esas valientes que hacen caso omiso a la estadística y reman a contracorriente, como si fuéramos a llegar a donde no se puede llegar. Proezas más difíciles se han llevado a cabo.
Ni el dato más pesimista logrará desarmarme de mis argumentos, al contrario, me servirá para ser todavía más optimista. Me dará más y más fuertes motivos de lucha. Sí, luchar es cansado. Pero más cansado y duro es vivir sin hacer nada, darte por derrotada antes de empezar, excusarte por vivir sin seguir tus ideales.
Cuanto más consciente soy de lo mucho que me falta, más fuerzas encuentro para seguir adelante, para ser más creativa y para trabajar más duro.
Y es que además, no estoy sola. Tú también estás en el mismo barco. Y ellas, las marcas que han decidido hacerlo de una forma diferente, aportando valor de verdad.
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