El exterior de la casa también se utiliza la paja como cobertura de la paredes, pero al contrario que en las casas de pajas convencionales la misma no se emplasta dejando que fermente y se composte, para así obtener calor de los paneles.
La paja se fermenta con la adición de microorganismos, basados en una técnica clásica de la agricultura japonesa llamada “Bokashi” que aseguran una fermentación calórica y con muy poco olor ya que se hace de forma anaeróbica.
Diseñado por los estudiantes Masaki Ogasawara, Keisuke Tsukada y Erika Mikami, se le llamo “receta para vivir”, la casa está situada en la ciudad de Taiki-cho en la isla de Hokkaido, un lugar que es conocido por sus granjas de vacas y sendos campos de trigo, avena y alfalfa que proveen mucha paja.
En el verano, la paja se secará y solo quedara el compost dentro de las estanterías transparentes que actúan como “paneles de escudo térmico“, liberando así la humedad que ayudará a enfriar la temperatura ambiente. Durante el invierno, la fermentación de la paja emitirá calor gracias al proceso microbiano que rompe gradualmente la materia orgánica, lo que llamamos compostaje.
Todos los otoños se reemplaza la paja que además es la época en que se cosecha la misma. Aunque puede ser que esto parezca mucho trabajo pensemos en que es una casa con calefacción y aire acondicionado a un coste cero.