Niños en Sudáfrica parecen haberlo logrado, evitando de esa forma el desarrollo del sida pese a tener un diagnóstico de VIH.
Un estudio de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, reveló que el sistema inmunitario de uno en cada 10 infantes no reaccionó al virus, con lo que se protegían de ser aniquilados.
Una infección de VIH que no reciba un tratamiento médico puede causar la muerte en menos de tres años en 60% de los casos de niños.
Sin embargo, en el caso de los monos, la enfermedad no es mortal.
Los hallazgos podrían permitir el desarrollo de nuevas terapias para tratar la infección del VIH. El virus, eventualmente, debilita al sistema inmunitario de tal manera que el cuerpo es incapaz de combatir otras infecciones. Es esto lo que se conoce como síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).
Marcha redoblada o colapso
Los investigadores analizaron muestras de sangre de 170 niños sudafricanos que contrajeron VIH y que, pese a que nunca estuvieron sometidos a un tratamiento de antiretrovirales, sin embargo, no presentaron síntomas del sida.
Los análisis demostraron que tenían decenas de miles de virus de inmunodeficiencia humana en cada mililitro de sangre.
El sistema inmune reacciona de dos maneras a esta situación: una sería la de marcha redoblada para combatir la infección, la otra, ocasionaría una grave enfermedad.
Pero en el caso de los niños que participaron en el estudio, ninguno de estos escenarios se presentó.
Bajar las armas
Esencialmente, el sistema inmunitario está ignorando el virus, dijo Philip Goulder, profesor de la Universidad de Oxford y uno de los investigadores del estudio. Ir a la guerra para pelear contra el virus es, en la mayoría de los casos, la respuesta equivocada, añade Goulder.
No atacar al virus parece ser la reacción intuitiva del sistema inmune para preservarse. El VIH elimina a las células blancas, las guerreras que defienden al organismo de las enfermedades. Y cuando las defensas del cuerpo entran en un estado de actividad frenética, pueden desaparecer muchas más células blancas como consecuencia de niveles crónicos de inflamación.
Impresionantes similitudes
Uno de principales hallazgos de este estudio es el descubrimiento de que el VIH tiene que ver más con la respuesta del sistema inmune que propiamente con la enfermedad, señala Goulder.
Para los científicos, la manera en la que organismo de 10% de los niños lidia con el virus tiene sorprendentes similitudes con la forma en la que más de 40 especies de primates manejan el virus de inmunodeficiencia en simios (VIS).
Ellos han tenido cientos de miles de años para desarrollar mecanismos que le permitan atacar la infección.
La selección natural ha funcionado en estos casos, y la forma en la que estos animales lo logran, se parece mucho a la reacción del organismo de los niños que no desarrollaron el sida.
¿Guerra o paz?
La defensa ante el sida es prácticamente única en los niños. En el caso de los adultos, el sistema inmunitario saca todas las armas que tiene para tratar de aniquilar al virus en una campaña que muy pocas veces es exitosa.
El mecanismo de defensa de los niños frente a las enfermedades es relativamente tolerante. Pero a medida que el tiempo pasa, se vuelve más agresivo. La varicela, por ejemplo, es mucho más severa en adultos debido a la forma en la que el sistema inmunitario reacciona. Esto podría implicar que, en la medida en la que los niños crecen y sus defensas maduran, podrían estar en riesgo de desarrollar el sida.
Evolución darwiniana
Los doctores Ann Chahroudi y Guido Silvestri, de la Universidad Emory, en Estados Unidos, opinan que el estudio puede mostrar las primeras indicaciones de la coexistencia del VIH en humanos.
Sin embargo, añaden que se desconoce si sería clínicamente seguro para los niños que no han desarrollado los síntomas continuar sin recibir una terapia de antiretrovirales.
Además, según los especialistas, hay que considerar que la evaluación es incluso más complicada debido a que la prevención de la transmisión sexual del virus es particularmente relevante en la adolescencia.
Siempre y cuando sean tratados con antirretrovirales, quienes sufren de VIH tienen una expectativa de vida similar a la del resto de las personas. Pero su sistema inmunitario nunca vuelve a ser lo que era debido a la sobrecarga a la que ha estado expuesto.
Esto los hace más vulnerables a sufrir enfermedades cardiovasculares, cáncer y demencia. Goulder considera que los hallazgos expuestos en el estudio podrían ayudar a equilibrar el sistema inmune de los pacientes con VIH.
Podemos estar en presencia de una ruta totalmente novedosa que, en el largo plazo, permitiría el desarrollo de nuevos tratamientos para todas las personas infectadas por el virus, concluye Goulder.
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Fuente: REC