Ayer contaba con esta imagen en Instagram , lo que me hacía sentir el voluntariado que hago con Afacmur.
Y lo cuento por el simple hecho de compartir con tod@s vosotr@s lo bello que es dar y que cuando una lo prueba no es capaz de dejar de dar incluyéndose a una misma, porque no nos olvidemos que si nosotros no nos damos no podremos dar.
Cuando vuelvo de la unidad siento que todas mis fuerzas, toda mi energía, toda mi lucha se han quedado con los niños.
Coincidir en ese voluntariado con personas mágicas con otr@s compañeras de la asociación, cómo en este caso Cristina y Ana hacen que me lleve a casa esta mascara con súper poderes y que al ponérmela vuelvo a recuperar todo aquello que deseo y quiero dejarles a todos los niñ@s del mundo.
Gracias chicas por ser mi recarga solar y Ana por ese gran don de las manualidades.
Cuando terminé el tratamiento en el 2015 me dirigí afacmur y desde entonces mi granito de arena con los niños ingresados en la unidad oncológica de la arrixaca es el ir dos veces por mes ( gracias chicas por ese gran cambio) y pasar una gran tarde con estos pequeños valientes luchadores.
Sintiendo cada una de sus vivencias, comprendiendo sus malos sabores de boca, sus angustias, sus pinchazos, sus caídas de pelo...
Afacmur no es solo ir a la unidad tiene muchas más actividades así que desde aquí os invito a pinchar su enlace escribirles y formar parte de esta gran cadena humana que compartimos amor y respeto.