Por Gema Gómez. Directora de Slow Fashion Next.
En este pasado mes de noviembre he vivido algunas de las experiencias más especiales de los últimos tiempos.
Mi visita a México ha sido todo un descubrimiento, tanto a nivel personal por la calidad de su gente, como a nivel profesional por el impulso que se está dando desde el gobierno a la sostenibilidad.
Mi primer día allí fue un domingo y me vinieron a recoger amablemente Brenda y Mateo, del equipo de Comunicación de la Secretaria de Desarrollo Sustentable en Morelos para llevarme a Chapultepec, el parque ecológico de Cuernavaca dentro del cual se lleva a cabo el Mercado Verde. El Mercado Verde de Cuernavaca es una iniciativa desarrollada por esta Secretaría que incluye diversos productores y artesanos de la zona; allí pudimos degustar la rica variedad de comidas mexicanas que curiosamente no llegan todas sus ricas variedades a España. Igualmente había una variedad estupenda de productos artesanales.
Lo que más me sorprendió fue que muchos cargos del gobierno, como la Secretaria de Turismo o el propio Secretario de Desarrollo Sustentable, Topilztin Contreras, entre otros, estaban por allí disfrutando de un fantástico Domingo en Cuernavaca a la que se llama “la ciudad de la eterna primavera”, y con mucha razón.
En este parque pudimos ver cocodrilos, mariposas en un mariposario, y otros animales mientras pasábamos una fantástica mañana. Al mediodía nos fuimos a Tepoztlan, más conocido como el pueblo mágico. Sin haberlo planeado estaban en fiestas y si la riqueza de por la mañana en el mercado verde me sorprendió, aquí me impresionó las centenas de puestos de comida, de artesanía y las calles llenas de gente disfrutando.
Cenamos en un bonito restaurante de la parte alta de Tepoztlán desde donde se podía ver el fantástico paisaje incluida una pequeña pirámide y algunos sitios afectados por él terremoto del día 19 de septiembre.
Al día siguiente nos dirigimos a Hueyapan con la intención de pasar un día de descubrimiento y aprendizaje con las artesanas que allí trabajan la lana. A veces tenemos la sensación que hablamos de pobreza cuando hablamos de artesanía pero lo que yo percibí en Hueyapan fue abundancia, abundancia de comida, abundancia de relaciones humanas, abundancia y serenidad en los niños y niñas que disfrutaban alegremente persiguiendo unas pequeñas ranas particulares de esta zona mientras las mamás tejían y conversaban conmigo.
Aprendí técnicas ancestrales que no tenía ni idea de que pudieran existir, como pasar un agua de tintado de generación en generación. Después de este estupendo día volvimos a Cuernavaca para preparar ya todo para la inauguración al día siguiente de Alternativas Verdes.
Me gustó mucho saber que esto era una iniciativa, como decía antes, que parte del gobierno, y escuchar al gobernador de Morelos, Gracho Ramírez, diciendo que las cosas no se tenían solo que decir sino que hacer; para una fan de esa frase como yo y hablando de sustentabilidad, me conquistó el evento.
Estuve dando una vuelta por las marcas emprendedoras qué tienen más o menos las mismas inquietudes y necesidades que me he encontrado en otros países: las dificultades de alcanzar al gran público y las dificultades de trabajar todos juntos, por eso una iniciativa cómo esta, que puede unirles con un mismo objetivo, me parece tremendamente valioso.
Así fue como trabajamos por la tarde en un taller con Artesanas y Diseñadores, donde buscamos crear esa visión conjunta.
Al día siguiente tuve la ocasión de asistir el showroom de uno de los diseñadores de joyería más queridos de México, Daniel Espinosa; allí pudimos comprar joyas que revertirían una cantidad de los beneficios para la reconstrucción de las zonas afectadas por los terremotos.
Mi charla por la tarde tuvo lugar donde más tarde se realizaría la pasarela, entre los focos, y aunque yo soy más de backstage hice todo lo que pude para que toda la gente que ahí estuvo se llevará algo positivo ese día. Después de la charla me ofrecieron un regalo la Secretaria de Cultura, Cristina Faesler Bremer, junto al Secretario de Desarrollo Sustentable, y me hizo mucha ilusión porque es la primera vez que me hacen un regalo tan significativo.
Justo después tuvo lugar el desfile del que os dejo algunas imágenes aquí, amenizado con una pantalla que proyectaba fotografías de la naturaleza tomadas desde la Secretaria de Desarrollo Sustentable durante el año. El ambiente era animadísimo y hay que decir que Brenda, la Responsable de Comunicación de la Secretaría de Desarrollo Sustentable y su fantástico equipo, han hecho un gran trabajo tanto en la organización del evento como en la manera de llevarlo allí, involucrando a todo el mundo.
Después de la charla y del desfile tengo varias anécdotas de diseñadores que se acercaron a hablar conmigo, agradecerme mis palabras y conocimiento. Lo más gracioso fue un señor que se vino con su mujer y me dijo: “Usted es una mujer muy inteligente y me ha hecho pensar en cosas que nunca había pensado”, supongo que sería alguien cercano al tema de sostenibilidad; me hizo mucha gracias y me sacó los colores.
Todo el mundo está muy ilusionado y con muchas ganas de seguir avanzando en este fantástico proyecto, y lo entiendo porque me parece muy motivador al mismo tiempo que se están dando los medios para que OCURRA. Volveré seguro ♡♡♡
Fuente: este post proviene de Blog Slow Fashion Next, donde puedes consultar el contenido original.
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