A diferencia de un alimento que se reproduce y cultiva de forma natural, a un alimento transgénico se le altera su ADN para crean mutaciones que tienen unas características determinadas y preconcebidas y así conseguir ventajas en sabor y nutrientes.
Los alimentos transgénicos son aquellos son aquellos creados a partir de un organismo modificado mediante ingeniería genética y al que se le han incorporado genes de otro organismo para producir las características deseadas.
En la actualidad tienen mayor presencia de alimentos los procedentes de plantas transgénicas como el maíz o la soja.
Estos alimentos han sido producidos aplicando técnicas de ingeniería genética. Con dichas técnicas se utilizan fragmentos de ADN que contienen genes específicos en los que se introducen mutaciones y modificaciones.
Mediante esta técnica se aisla un gen del genoma de un organismo donador, se amplifica o se modifica en un laboratorio, y posteriormente se reintroduce en el organismo original o en uno distinto generando un organismo transgénico.
La historia de esta técnica se remonta a 1994 cuando fue producido el primer alimento transgénico que se comercializó en Estados Unidos. Era un tomate transgénico con una modificación de un gen que codifica una enzima que retrasaba la putrefacción.
Actualmente hay decenas de alimentos transgénicos comercializados en todo el mundo. Se han desarrollado papas transgénicas con cambio en el contenido de almidón, existen tomates y frutas transgénicos en los que se puede regular el proceso de maduración.
Los transgénicos, a pesar de ser representar uno de los más importantes avances científicos de finales del siglo XX, han recibido muchas criticas desde un inicio. Existen los profesionales especializados férreos defensores de esta técnica así como los que son detractores implacables. Por ejemplo uno de estos últimos es Juan Felipe Carrasco, ingeniero agrónomo y responsable de la Campaña contra los Transgénicos de Greenpeace en España, que opina que "la agricultura industrial, la que actualmente se nos vende como aquella que produce alimentos para toda la humanidad, desgraciadamente, está produciendo también muchísimos daños irreversibles". Para Carrasco "no es cierto que la ciencia esté a favor de los transgénicos", señalando además que "Los que estamos en contra de los transgénicos no estamos en contra de la ciencia del futuro, estamos en contra de la liberación de transgénicos en el medio ambiente". Para Greenpeace, los transgénicos incrementan el uso de tóxicos en la agricultura, la pérdida de biodiversidad, los riesgos sanitarios no están evaluados, entre otros aspectos que pueden provocar perjuicios a la salud de los seres humanos derivados de la manipulación genética.
Por el lado de parte de los que son Pro-transgénicos, tenemos la opinión de Francisco García Olmedo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Politécnica de Madrid. Él piensa todo lo contrario y señala lo siguiente:
"Los transgénicos son la mayor innovación en producción de alimentos que se ha hecho en los últimos 25 años y no ha habido un solo incidente adverso ni para la salud humana ni para el medio ambiente" .