La cama de 1,35 estaba bastante bien conservada porque mantenía las partes de latón y la forja estaba pintada de negro. Después de consultar en varios blog me decanté por la forma de limpiar el latón que proponen en bohemian and chic. Con bicarbonato y zumo de limón me puse manos a la obra y limpié toda las partes doradas.
La parte de forja estaba pintada de negro y como recientemente he descubierto las mil bondades de la pintura a la tiza (lo cuento en esta otra entrada), no lo dudé y en vez de decaparlas, cosa que me daba terror, pinté directamente. Utilicé un color negro grafito.
El siguiente paso fue proteger el cabecero con cera, utilizando para ello lana de acero. Me ha gustado mucho el resultado de la pintura de tiza sobre forja y el acabado con cera que además lo protege.
La cama de 90 era otra historia. Debía tener más de tres capas de pintura de distintos colores. La última de un dorado con corretones incluidos. Visto el buen resultado de la pintura de tiza en la otra cama decidí pintar directamente del color negro grafito.
Había visto en algunos blog camas de forja decapadas y me habían gustado, como esta del Taller de lo Antiguo decidí decapar y que saliera el dorado de la pintura. Para ello volví a utilizar la lana de acero con cera. Este es el resultado.
Y así, hemos conseguido camas para dos habitaciones de la Casa rural Melones. Una cama de 1,35 para una habitación de matrimonio y dos cabeceros de 90 para una habitación doble. ¡¡¡Objetivo cumplido¡¡¡
Cama de forja casa rural melones
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