Te habrán dicho que es muy fácil, también te habrán dicho que es muy complicado, incluso que es imposible. No es imposible, pero tampoco es fácil, y la complicación depende solo de ti. Pero mi idea es ayudarte con este artículo y hacerlo un poco más sencillo.
Antes de contarte cual (creo) que es la mejor forma de tomarte tu estilo de vida sostenible, hay un paso previo y es entender que es la sostenibilidad y que no.
¿Qué es la sostenibilidad?
No te voy a soltar ese rollo de definición que habrás leído mil veces, solo quiero que quede claro que la sostenibilidad se basa en la unión de 3 pilares fundamentales:
Cualquier acto o producto que no respete estos 3 no será sostenible, será otras cosas, pero no sostenible. Por lo tanto tratar de acercarte a la sostenibilidad no se trata de que renuncies a todo y te vayas a vivir al bosque, ni de que obvies que las personas tienen sus derechos, ni que por ayudar a la economía nos saltemos el resto de principios.
Lo verdaderamente importante es el equilibrio.
Si tenemos el concepto claro en nuestra cabeza es el momento de hacer cosas… Me he atrevido a resumir todo el proceso de cambio hacia una vida sostenible en 4 partes fundamentales y te las cuento a continuación:
1. Pensar
Si reflexionásemos un poco más todo iría mejor, ¿no crees? Caminar sin saber hacia dónde puede ser divertido, pero no esperes llegar a ningún lugar, por eso, si lo que pretendes es algo concreto, primero piensa.
¿En qué deberías pensar para llevar una vida sostenible?
- En cómo estás ahora: que haces bien, que haces menos bien…
- En qué quieres conseguir: ser más sostenible en tu día a día está muy bien, pero debes concretar más porque es imposible cambiar todo de golpe.
- En por qué lo haces: ten muy presente siempre el motivo por el que quieres hacer ese cambio (por ti, por el planeta, por tu familia, por todos los habitantes del mundo, por los animales, por las próximas generaciones, porque te sale de dentro, porque es lo correcto, por lo que sea…).
- En para qué lo haces: no es lo mismo un porqué que un para qué. ¿Lo haces para provocar un cambio en tu vida? ¿Para cambiar también las de los que te rodean? ¿Para cambiar el mundo? ¿Para sentirte mejor? Debes tenerlo muy claro para saber a dónde vas.
- En cómo hacerlo: Habrá más de un millón de cosas distintas que podrías hacer, pero no las vas a poder hacer todas, así que simplemente piensa en cual quieres que sea el resultado y descubrirás cómo llegar a él. ¡Qué místico! ¿no? Quedaba mejor que decir: “Lo que no sepas búscalo en internet, que hay mucha información.”
2. Decidir
La reflexión no sirve de nada si no seguimos adelante. Y para continuar lo mejor que puedes hacer es decidir y fijar unos objetivos, que serán tu hoja de ruta para el cambio o cambios que quieres hacer.
Estos objetivos para que sean eficaces deben ser: específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo determinado. Bien planteados serán una especie de plan de acción que seguir, lo que te ahorrará muchos tropiezos e incluso tiempo y dinero.
3. Hacer
Una vez que tienes todo bien organizado solo queda pasar a la acción y cumplir con esas cosas que te has propuesto. Puede que te parezca el paso más complicado, aunque verás que es muy rápido adaptarse a los cambios y (al menos para mí) es más interesante y divertido.
4. Revisar
Cada cierto tiempo es necesario revisar si estás cumpliendo con lo que te has propuesto. Pueden ocurrir dos cosas: que te hayas desviado o despistado y no hayas cumplido, o que hayas hecho bien todo lo que tenías planteado.
En cualquiera de los dos casos, la revisión te lleva de nuevo al punto 1. Sí, de nuevo deberías pensar todo (porque no has cumplido o cuales serán tus siguientes pasos), volver a fijar los objetivos, hacer y revisar. Este ciclo te llevará siempre a una mejora continua y a no estancarte o abandonar. Al fin y al cabo la sostenibilidad va a ser siempre una mejora continua, no habrá un momento en tu vida en el que digas “Lo estoy haciendo perfecto, ya está.”
Esto puede ser agotador, por eso que deberías tener en cuenta lo siguiente.
Bonus
No te quemes
Ya seas el mayor de los activistas o un “consumidor consciente”, en tu interior vas a tener una responsabilidad adicional que se suma al resto de las que ya tienes, ¡cómo si fuese pocas ya! Esta situación puede llegar a ser estresante y causarte una tensión emocional. Si estás siempre preocupándote, las malas noticias pueden ser incluso devastadoras y al final lo acabas pagando caro.
Así mi consejo es que no te abrumes por los enormes problemas globales, procura aportar tu granito de arena poco a poco, pero sin que esto dirija y consuma tu vida. Sin agobios, sin presiones. Despacio…
Baby steps
¿Conoces el concepto “baby steps” o pasitos de bebé? Se trata de ir muy despacio y avanzando a pasitos pequeños para no caerte. Es la mejor manera de no sucumbir al agobio y al posterior abandono.
Los pequeños cambios serán más fáciles de asumir y te acercarán sin darte cuenta a lo que quieras conseguir.
¿Y tú?¿Qué vas a empezar a hacer? Cuentanoslo en los comentarios.
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