Antes de aprender a andar en bici es probable que te hayas caído unas cuantas veces, y antes de saber cómo freír un huevo seguro que rompiste alguno. Son experiencias por las que hemos de pasar para aprender, pero es más fácil si primero empiezas con ruedines o alguien te dice como cocinar sin liarla, ¿no?
Primer encuentro con la sostenibilidad
Con la sostenibilidad pasa igual, tienes que cometer errores para que la cosa comience a funcionar, pero quizás si te lo cuento te puedas evitar alguno o al menos sabrás que por ahí no va bien la cosa.
Este post también es para ti si llevas mucho tiempo procurando llevar una vida más sostenible, porque es tremendamente fácil caer en los errores que ya creíamos olvidados. Al menos yo me he caído de la bici unas cuantas veces cuando ya se suponía que estaba todo controlado. Y sí, alguna de estas caídas ha sido con más de 20 años de experiencia al manillar.
No creas que tienes que pasar por todos los errores que voy a citar o que no hay ninguno que no esté aquí escrito, pero la idea es que los tengas presentes y puedas hacer algo al respecto.
Errores que cometemos a la hora de llevar una vida sostenible
1. No tener claro que es la sostenibilidad
¿Te resulta muy obvio el concepto? Quizás hayas leído la definición un montón de veces, pero no siempre tenemos claro lo que implica o su alcance.
La sostenibilidad no es tener un impacto 0 en el medio ambiente. Eso no existe.
Tampoco es priorizar el medio ambiente por encima de las personas.
No es, ni mucho menos, hacer un voto de pobreza o vivir de lo que nos aporte la naturaleza únicamente.
Tampoco es volverse restrictivo hasta la médula.
No es ir en contra ni de las personas, ni de la economía y por supuesto del medio ambiente.
La sostenibilidad es un punto de equilibrio entre esos tres pilares:
Solo el equilibrio entre ellos puede ser considerado sostenibilidad, aunque tengamos el concepto más asociado a la parte ambiental.
Tener claro qué es y que no es sostenibilidad te va evitar cometer errores derivados de una mala interpretación.
2. Querer abarcar demasiado
Al principio es muy común tener ganas de empezar a hacer todo a la vez. Vemos mil ideas que nos gustan y queremos aplicar todo de golpe. ¡Error! Si intentas abarcar demasiado tienes garantías de que no llevarás a cabo todo lo que te has propuesto. De ahí surge la frustración y el abandono.
El camino correcto es márcarte primero un objetivo, luego otro y así sucesivamente.
3. Pensar que por comprar productos con una ecoetiqueta ya está todo hecho
Si no tenemos mucha idea, es muy fácil dejarse llevar por los productos con etiquetas ecológicas. Nos quedamos tranquilos al ver las palabras "natural", "orgánico", "biológico", etc.
No me cansaré de decirlo, las ecotiquetas o las certificaciones no son un sinónimo de sostenibilidad, solo nos garantizan que el producto se ha hecho manteniendo unos requerimientos (sí, de protección ambiental), pero que al final no significa que sean mejor que otros sin certificación. ¿Es mejor una manzana ecológica que viene plastificada y ha recorrido 5000 km o una sin certificación que has cogido de un árbol al lado de tu casa? A priori, el impacto ambiental de la primera es mucho mayor, por muchas etiquetas eco que le hayan puesto.
Antes de comprar cualquier cosa debes informarte bien.
4. No disponer de los conocimientos adecuados
Es normal tener dudas acerca de todo y pensar que no tenemos ni idea de lo que debemos hacer o cómo, sobretodo si estamos empezando en esto de la sostenibiliad. Pero no es nada que no se arregle leyendo... Tienes información por todos lados y de acceso gratuito, como puede ser este blog y muchos otros que encuentres por la web.
Libros, revistas, documentales, ect. son recursos excelentes para empaparte de conocimientos.
5. Empezar la casa por el tejado
Si estás aprendiendo a andar, no intentes echar a correr.
Empezar pequeño para ir a más es fundamental. Si de repente pasas de una vida de consumo a ser casi como un monje budista, algo fallará seguro, porque es imposible imponerse grandes retos sin pasar antes por aprendizajes y retos más pequeños. No se te ocurriría enseñarle a un niño a dividir si no sabe aun multiplicar, ¿a que no? Pues con tu vida sostenible has de hacer lo mismo.
6. Frustrarse a menudo
Puede que estés haciendo grandes esfuerzos, o quizás no tan grandes, pero tratas de mejorar en tu día a día. Sin embargo, la cosa no va como esperabas, porque mientras tú haces lo posible por minimizar tu impacto ambiental, el vecino está generando 3 bolsas de basura diarias y el otro se ha comprado un todoterreno que usa hasta para ir a buscar el pan a la esquina.
Es difícil no frustrarse ante estas situaciones porque crees que tu esfuerzo no está valiendo de mucho, pero no es así. Cada gesto cuenta, y quizás algún día la gente que te rodea se percate de lo que está haciendo mal.
También es fácil caer en la frustración cuando no damos avanzado todo lo que querríamos. Quizás te hayas impuesto unos objetivos demasiado ambiciosos y no verlos cumplidos te causa cierta decepción. Es necesario ir despacio y paso a paso.
Debes saber lidiar con la frustración para que no termine todo en desastre y desesperación.
7. Odiar al resto de la humanidad
Cuando comienzas a ver las cosas de otra manera, te preguntas que c*** le pasa al resto de la gente, por qué no lo ven, por qué actúan como lo hacen. En algún momento es posible que emprendas una cruzada y trates de concienciar a todo el que te rodea. Recibirás algunas malas contestaciones, seguro. O quizás no trates de concienciar a nadie, pero verás con malos ojos la forma de vida de muchas personas que te rodean.
Si te dejas llevar, es probable que termines cogiéndole un poco de manía a la gente y sientas cierto desamparo y soledad.
¿Solución? No es que sea una solución en sí, pero respeta a los demás tal y como son. No siempre estamos de acuerdo en temas políticos, religiosos y demás. Pues con la sostenibilidad pasa lo mismo y no por ello podemos caer en el “odio” al prójimo. Está bien que trates de enseñar y prediques con el ejemplo, pero no puedes intentar cambiar a quien no quiere hacerlo.
8. No tener un plan o estrategia
Sin un plan o estrategia que seguir tienes muchas papeletas para que acabes dando bandazos. Perderás mucho tiempo y probablemente dinero en cosas que no son para ti o que acabas dejando de lado.
Para mí, este es uno de los puntos más importantes y uno de los errores más comunes. Una planificación o estrategia, aunque sea sencilla, es fundamental para lograr cualquier tipo de objetivo, y en este caso más, ya que apostar por una vida sostenible requiere constancia y pensar a largo plazo.
¿Te has identificado con alguna de estas situaciones? Deja un comentario ahí debajo porque tu experiencia será valiosa para todos :)
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