La idea es que cada residente pueda cultivar en su propio jardín, las frutas y verduras que le gustan, para alimentar a su familia y también para el intercambio de alimentos orgánicos con los vecinos, lo que fomenta la integración social y la salud de la población que accede y se alimenta más sanamente.
Todo esto sucede en Les Avanchets desde hace muchos años tras la primera guerra mundial, el país comenzó con políticas gubernamentales de cesión de tierras y fomento la creación de huertos, dada la escasez de alimentos reinante desde entonces en esta pequeña ciudad no han parado, el huerto urbano ya es parte de su identidad.
Un siglo más tarde, Suiza ya cuenta con más de 50 000 hectáreas de huertos urbanos en su territorio y una gran parte son huertos comunitarios que se llevan adelantes entre todos los vecinos. Algo digno de copiar y replicar en todos las ciudades del mundo,