Photo by Nathan Dumlao on Unsplash
Hace poco leí una noticia que es como poco, preocupante. Se estima que la Tierra, la naturaleza, tiene un límite de consumo de forma sostenible, una estimación que hacen los científicos, y desde el pasado 2 de agosto, hemos superado el umbral. Es decir, que desde el 2 de agosto, estamos consumiendo recursos naturales que no permiten ser sostenibles, consumiendo en exceso, o contaminando demasiado como para que la propia naturaleza pueda recuperarse por sí sola.
Vamos, que nos sale a deber.
Y cada año, este límite lo cruzamos antes. No voy a entrar ahora con este tema, porque reconozco que me pone muy ceniza, y me gusta que este rincón sea al menos un espacio de buen rollo y tranquilidad, que ya hay suficientes cosas malas por el mundo, y de cuando en cuando me gusta desconectar.
Pero también me gusta aportar un granito de arena, y si en mis manos está ayudar aunque sea solo un poco, a recuperar ese equilibrio natural, ese respeto y mantenimiento a nuestro entorno, lo haré.
Por eso, y porque estamos en el mes por excelencia para cogerte unos días de vacaciones, quiero hablarte hoy del turismo sostenible.
Además, 2017 es el Año del Turismo Sostenible, para concienciar a la población de su poder para favorecer el desarrollo de las comunidades que visitan.
¿Qué es el turismo sostenible?
Es una manera de viajar que mantiene el respeto por los valores ecológicos, saludables y sociales, comprometida con un bajo impacto en el entorno, al mismo tiempo que genera ingresos y empleo para la población local. Implica un acercamiento más en profundidad al país o zona que se visita, y un intercambio cultural positivo entre ambas partes. Surge por un aumento en la concienciación sobre los temas ambientales del mercado turístico.
Sus principios son:
Los recursos naturales / culturales se conservan para poder usarlos en el futuro, al mismo tiempo que proporcionan beneficios.
El desarrollo turístico se planifica para que no cause problemas ambientales o socioculturales.
La calidad ambiental se mantiene y mejora.
Los beneficios del turismo se reparten entre toda la sociedad.
Se procura mantener un elevado nivel de satisfacción de los visitantes.
El destino retiene su prestigio y su potencial comercial.
Es importante porque protege los recursos naturales (esos que estamos consumiendo sin pensar en el futuro), mejora la economía de la zona (hay trabajo, hay comercio) eso sí, siempre que se respete.
¿Qué puedes hacer tú?
Cada día resulta más fácil tener hábitos sostenibles en casa (tiendas a granel, electrodomésticos +A, ropa, incluso coches eléctricos) pero cuando viajas estás un poco a merced de lo que te toque, y a lo mejor, incluso, hay gente que vive diferente, con otro tipo de hábitos, solo porque son vacaciones.
Sé que cada persona es un mundo, y tiene una situación diferente, pero quiero darte 10 ideas para que las pienses y las tengas en cuenta. Quizás no puedas realizar las 10, pero con que seas consciente e intentes mejorar algo en alguna de ellas, ya estarás contribuyendo al Turismo Sostenible.
Planifica tu viaje. Actividades, trayectos... Si sabes qué vas a hacer con antelación, te será más fácil pensar en el impacto de tus actividades y buscar alternativas sostenibles, o al menos, como hacer que el impacto sea el menor posible. Pregunta en el hotel o agencia de viajes cómo gestionan los recursos, o sus políticas de empleo.
La tecnología es tu aliada: con la cantidad de apps que hay ahora mismo, y los móviles que hay en el mercado, es muy fácil tener la documentación (reservas, billetes, guías de viaje..) en formato digital. No ocupan nada en tu maleta, y no tienes que gastar papeles. Por ejemplo, yo uso PassAndroid para gestionar mis billetes y reservas. Los planos de transporte, me descargo la app de la ciudad que vaya a visitar. Y puedes encontrar guías e incluso apps de ciudades o museos, de muchos lugares. Todo es buscar ;)
Planifica tu maleta. No necesitas llevar 15 modelitos diferentes para pasar una semana en la playa. Piensa bien qué actividades vas a realizar, para llevar solo lo necesario. Utiliza la regla del 3: 3 mudas de cada (una en uso, otra lavándose y otra de repuesto). ¿Quieres saber más sobre este tema? Te lo cuento en esta entrada.
Equipaje de calidad. La próxima vez que necesites comprarte equipaje (maletas, o gafas de sol, o unas botas de montaña....) intenta -si es posible- comprar productos de mayor calidad, que duren más tiempo. Una maleta barata puede ser tentadora, pero si sus ruedas, cremalleras o asas se rompen con pocos usos y hay que remplazarla de nuevo, ya no compensa tanto.
Elige las opciones eco-friendly: A veces la diferencia de precio no es tan grande como nos imaginamos, y por suerte, es un sector en alza, y cada vez hay más opciones. Alojamiento, alimentación de kilómetro cero, energía renovable... Si no es posible, porque no hay disponibles, o no entra en tu presupuesto, intenta que tu uso sea lo más eco-friendly posible. Por ejemplo, ahora en verano no necesitas usar secadora, basta con dejar la ropa secándose al aire. O el ventilador, mejor que el aire acondicionado (sí, ya sé que hace calor, pero un aire acondicionado consume mucha más energía).
Elige bien tu transporte: La forma más ecológica de recorrer grandes distancias es el tren, por que su consumo por persona es menor que el resto de opciones. Si vas a viajar en coche, una buena opción es plantearse compartir coche. Hay aplicaciones (Blablacar y similares) que te permiten compartir el tuyo, o viajar con otras personas que hagan el mismo recorrido. Así se reducen las emisiones (en vez de viajar dos coches, viaja solo uno) y compartes gasto (que siempre viene bien). Para moverte por la ciudad, camina o usa una bicicleta (en muchas grandes ciudades hay sistema de alquileres), o usa el transporte público.
Piensa en tus residuos también: Botellas de agua de plástico, comida rápida,.... Dedica un tiempo antes de salir de excursión en rellenar tu botella reutilizable con agua o prepara comida y llévatela en una fiambrera, y evitarás tener que comprar la opción de usar y tirar. Las bolsas de tela, copas menstruales, pañuelos de tela, pajitas de metal...hay muchos productos reutilizables que no ocupan mucho en tu maleta y te sirven para el día a día. Piensa en la cantidad de toneladas de plástico que llega a nuestros mares.
No dejes huella. ¡Ni que decir tiene, que no debes tirar la basura al suelo! ¿verdad? No enciendas fuegos no autorizados, recoge tus desperdicios siempre. Si estás en la naturaleza, no molestes a los animales. Se trata de ser civilizados y disfrutar del viaje, ¡pero que también los que vengan detrás también puedan difrutar de él!
Compra local: disfruta de la gastronomía local (y no de las grandes cadenas de comida rápida) en locales o mercados -y si es kilómetro 0, mejor-. Los recuerdos, mejor si son de artesanos o diseñadores locales, que de tiendas de suvenirs de productos made in china.
Consume menos carne. La producción de carne para el consumo a gran escala requiere mucha cantidad de energía, espacio y genera residuos (por ejemplo, la generación de CO2). Aumenta la cantidad de vegetales y frutas de tu dieta, reduciendo la carne, y no solo harás un favor al planeta, también a tu interior ;)
Estos son 10 consejos que puedes ir implementando poco a poco. Si te resulta demasiado brusco, prueba a intentar uno de ellos este verano, a ver qué tal la experiencia. Quizás unas vacaciones así no resulten tan fáciles (despreocupadas) ni tan cómodas, pero merece la pena hacer el esfuerzo.
Si quieres ampliar información sobre este tema, te recomiendo estas dos webs: Vida Sostenible & Viajeros Verdes.