En el corazón de la frugalidad y de una vida minimalista se encuentra una actitud profundamente anticonsumista. En los países desarrollados, estamos rodeados de cosas y no es necesario pagar para fomentar la producción de más cosas nuevas. Vivimos en una cultura del exceso y el sistema está diseñado para que sientas un sinfín de necesidades materiales. Pero, si lo piensas bien, no necesitas ni la mitad y la gran mayoría de las cosas que necesitas las puedes comprar de segunda mano por una fracción de su coste en tiendas (o hasta reutilizarlas sin coste alguno). Tu bolsillo te lo agradecerá y el planeta también.
Además de los mercadillos de toda la vida, ahora también entran en juego los servicios de economía compartida que tanta popularidad están cobrando hoy en día. Se trata de plataformas como Wallapop, Craigslist, Vibbo o LetGo, para la compra-venta de objetos usados, o Buy Nothing, un grupo para reutilizar bienes sin coste alguno. Estos servicios encajan perfectamente con la misión de frugalidad y anticonsumismo que llevamos a cabo aqui.
Sin embargo, además de estas plataformas puedes beneficiarte de otros modos de conseguir cosas de segunda mano como, por ejemplo: la recogida de muebles en la calle, heredar cosas usadas de tus amigos y parientes o visitar tiendas de empeño y mercadillos de artículos usados en tu ciudad.
Desde la decoración de nuestra boda frugal a las herramientas de trabajo, incluyendo muebles, utensilios de cocina, ropa… Nosotros lo tenemos (casi) todo de segunda mano en nuestra casa y, al contrario de lo que muchos creen falsamente, nuestras cosas no dan asco, ni vamos por la vida sucios, cubiertos de lamparones o seguidos por una nube de moscas. El falso mito de que las cosas de segunda mano son asquerosas es absurdo: si has ido alguna vez a un hotel o a un restaurante, ten por seguro que has comido con cubiertos y platos usados y dormido en las mismas sábanas que otros cientos de personas… Pero nunca he oído a nadie decir que ir a restaurantes es una asquerosidad, o que es repugnante dormir en un hotel.
Cubre tus necesidades con objetos de segunda mano y te beneficiarás no sólo de un gran ahorro, sino también de una comunidad más fuerte.
¿Todavía no estás convencido? Sigue leyendo.
Organizado por la comunidad
Cuando compras, por ejemplo, un sofá en Wallapop, no estás enriqueciendo a un magnate de los negocios que se dedica a extender prácticas perjudiciales para el medioambiente con la única finalidad de fortalecer su imperio. En lugar de eso, estás comprándolo directamente a alguien de tu comunidad que ya no lo necesita. En nuestra opinión, este intercambio directo y no corporativo es sostenible, ético y hasta tiene un componente kármico.
Soluciona el problema del excedente de bienes procesados
¿Cuántas cosas se fabrican a diario para dar abasto a la irresponsable demanda del mercado? ¿Cuántas de esas cosas son realmente necesarias para la vida humana o la felicidad de las personas? ¿Cuántas de esas cosas terminan convirtiéndose en basura imposible de reciclar que contamina y daña el medioambiente? ¿Cuántos recursos se malgastan en esta espiral desenfrenada de producción y consumo? ¿Cuántas preguntas retóricas más puedo incluir en este post?
Antes de comprar nada, piensa bien: ¿lo necesito?, pero ¿lo necesito de verdad?, ¿lo necesito de verdad de la buena? Apúntalo en una lista y vuelve a hacerte las mismas preguntas una semana después. Si entonces todavía estás convencido de necesitarlo, búscalo de segunda mano. Los objetos de segunda mano están en perfectas condiciones (con ocasionales “distintivos de personalidad” puramente estéticos) y no es necesario que terminen amontonándose en los basureros de nuestro planeta mientras vaciamos nuestras carteras para comprar cosas nuevas.
Ropa de segunda mano
Sí, has leído bien. No solamente los muebles, los aparatos electrónicos o los coches. La ropa también se compra de segunda mano. Mi abrigo es de una tienda de segunda mano en Barcelona, los pocos vestidos que tengo son heredados de amigas o familiares y al Sr. Frugalez le pasa lo mismo: todas sus camisas son usadas, pero no creas que vamos por la vida con manchurrones y rodeados de una nube de moscas. Al contrario, nuestra ropa tiene mucho estilo y se ve tan limpia como la ropa nueva.
Obviamente, hay prendas que nunca compramos de segunda mano: Ropa interior, calcetines, vestuario deportivo o prendas básicas como los leggins. Además, lo que compramos nuevo es normalmente caro porque buscamos el producto de mejor calidad que más tiempo nos dure (por eso el Sr. Frugalez tiene lujosos calzoncillos), Pero todo lo demás lo compramos usado y con orgullo.
Investiga en tu zona dónde comprar ropa de segunda mano, aquí os dejamos una lista de tiendas de segunda mano en Barcelona. ¿Conoces alguna más?
¡Reutilizar es gratis!
Además de las plataformas de compra y venta de segunda mano, existen los grupos de intercambio de bienes sin coste alguno. Mi favorito es el proyecto Buy Nothing (“no compres nada”), esta iniciativa se basa en la idea de compartir en la comunidad para fortalecer los lazos sociales, ahorrar recursos y mejorar el planeta.
Los grupos de Buy Nothing operan desde Facebook y sus miembros pueden ofrecer a la comunidad aquellas cosas que ya no necesitan, reutilizar las cosas de los demás o solicitar lo que se necesite. Son comunidades muy activas y concienciadas. Gracias a iniciativas como esta, además de las plataformas de compra y venta de segunda mano, nosotros no hemos vuelto a comprar nada nuevo en años.
Encuentra un grupo de Buy Nothing en tu zona, o empieza uno nuevo si no encuentras nignuno.
Cubre todas tus necesidades, fortalece la comunidad y salva el mundo
En definitiva: obtener cosas de segunda mano en lugar de comprarlas nuevas no se trata solo de conseguir cosas más baratas, sino también del impacto que estos intercambios tienen en la comunidad, ya que promueven los lazos entre vecinos de forma saludable. Además, tiene grandes beneficios para el planeta, pues comprar cosas de segunda mano contribuye a minimizar nuestra huella en el medioambiente, dándole uso a una pieza material que, de otro modo, terminaría siendo basura irreciclable amontonándose en el ecosistema.
Entre Buy Nothing, Wallapop y Craigslist en nuestra casa ya (casi) no entra ningún electrodoméstico, mueble, prenda de ropa o herramienta nueva. La próxima vez que necesites comprar algo, considera obtenerlo de segunda mano y te sorprenderás de lo mucho que puedes ahorrarte de este modo.
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