Una de las bases del desarrollo sostenible es la armonía entre la humanidad y la naturaleza permitiendo a las personas suplir sus necesidades sin ejercer un costo desmedido sobre el medio ambiente, sin embargo no debemos engañarnos, cada acción tomada por los seres humanos tiene una repercusión sobre nuestro medio ambiente.
Con esto en mente lo mejor a lo que puede aspirar el desarrollo sostenible es a qué nuestras actividades produzcan efectos puntuales sobre el ambiente que sean fáciles de controlar antes de desencadenar efectos más profundos y por consiguiente más difíciles de manejar. Un caso ilustrativo podría ser el de los pesticidas cuyo uso prudente puede servir a la humanidad, de igual manera que su manejo descuidado puede generar mucho daño al medio ambiente.
Para comprender mejor la dualidad de los pesticidas es preciso saber ciertas cosas sobre su funcionamiento. En primer lugar se busca que los pesticidas de uso común tengan una toxicidad elevada y específica, es decir que tenga un efecto rápido y potente sobre un solo tipo de organismo, de tal manera que se limite su efecto sobre otros organismos y la salud de los humanos. También se busca que tengan poca persistencia en el ambiente, es decir que se degraden rápidamente en sustancias menos tóxicas, de tal manera que su efecto sea puntual y la sustancia no permanezca en el sitio de aplicación afectando al medio ambiente.
Contaminantes tóxicos
Tristemente encontrar o crear un pesticida que reúna todas estas cualidades no es algo sencillo y en la mayoría de los casos suele sacrificarse la especificidad o la baja persistencia bajo la suposición de que un manejo más cuidadoso reducirá los riesgos de que el pesticida salga de su lugar de empleo y se convierta en un contaminante.
La mayor parte de los contaminantes derivados de pesticidas afectan a los suelos y los cuerpos de agua, esto debido a que cuando los pesticidas se mezclan con el agua de riego o de la lluvia son transportados a través del suelo, siguiendo la pendiente hasta llegar a ríos o desagües. En estos ambientes las propiedades tóxicas de los compuestos afectan a animales y plantas de maneras difíciles de anticipar, a veces causando mortalidades masivas que desbalancean el medio ambiente, mientras que en otros casos permanecen aparentemente inertes mientras pasan una costosa factura a la salud de humanos y animales que dependen de ese ecosistema.
Incluso en casos donde los pesticidas permanecen en dónde se supone que estén suelen acarrear ciertas complicaciones, ya sea porque su efecto disminuye la biodiversidad de los suelos afectando su ecología o porque una parte de ellos es absorbida por la vegetación dando lugar a cultivos tóxicos y bosques envenenados.
Desigualdad tóxica
Los cultivos que requieren gran cantidad de agua como el arroz suelen generar con
Quizás uno de los aspectos más negativos de los pesticidas desde el punto de vista del desarrollo sostenible es que no existe una regulación robusta sobre su uso alrededor del mundo. Cada país tiene sus propias leyes y regulaciones sobre que sustancias pueden usarse y bajo qué precauciones deben utilizarse, esto da como resultado una notoria brecha entre los países desarrollados, que tienen los recursos y la tecnología para utilizar pesticidas de vanguardia de una manera más segura; y los países en vías de desarrollo que muchas veces se ven limitados al uso de pesticidas más peligrosos con insuficientes medidas de seguridad para la salud de las comunidades y el medio ambiente.
Es innegable el gran peso que los pesticidas ponen sobre la naturaleza y la sociedad humana, y demuestra una vez más que el avance científico no es necesariamente algo positivo y que siempre debe manejarse con responsabilidad y precaución.