Hoy vengo cual testigo de Jehová para hablaros de... (redoble de tambores) ¡La copa menstrual! Sí amigos, en un blog sobre vida sostenible no puede faltar una entrada sobre copas menstruales.
Creo que a toda chica que empieza sus andanzas por este mundo siempre se topa con este misterioso artilugio. Así que hoy, me gustaría comentar mi experiencia tras un año de utilizarla. Antes de comenzar aclarar que mi menstruación siempre viene puntual como un reloj y mi flujo es normal.
¿Preparados?
La primera etapa que viví fue un completo WTF!( what the fuck!) o que narices es eso. Para mí, solo existía dos métodos para superar esos días: tampones y compresas. Tanto en mi casa como en el instituto, solo me enseñaron dos formas de contener las riadas de sangre. Pero cuando empecé a introducirme en el mundo de la sostenibilidad, la copa menstrual es algo del que todo el mundo habla. Y no es menos, teniendo en cuenta la cantidad de plástico y residuos que generamos durante muchos años.
A parte de la copa otras alternativas son las esponjas y los paños de tela. Pero como buscaba algo que no causara tanto impacto ambiental pero que a la vez no requiriera mucho esfuerzo por mi parte a la hora de limpiarlo - porque reconozcámoslo, soy un poco vaga- me decidí por la archifamosa pero a la vez desconocida copa.
Cuando leí por primera vez sobre la copa lo primero que pensé fue "¡qué asco!" pero mi curiosidad fue mayor y necesitaba dar respuestas a "¿eso cómo se pone?" "¿cada cuánto hay que vaciarlo?" "¿cómo se limpia?" "¿si estoy fuera de casa que hago?" "¿cuánto cuesta?" "¿cuál es mi talla?" y un largo etc.
Creo que la curiosidad me abrió una nueva puerta.
Una vez resueltas mis dudas y tras leerme cientos de blogs, mirar miles de modelos de copa, verme vídeos en YouTube y, lo más importante, superar mis prejuicios decidí comprarme una. Hay varias marcas en el mercado, pero lo que las diferencia principalmente es la forma del pitorrito para sacar la copa y como dividen los tamaños.
Yo sinceramente no sé cuántos mililitros diarios suelto de sangre, por lo tanto, busqué una marca que solo tuviera dos tallas (una talla A para las chicas que nunca hayan dado a luz y una talla B para aquellas mujeres que ya hayan tenido hijos).
Yo me compré la mía en Ecco Verde ¿por qué? Porque es una de la más vendida, tiene solo dos tallas para no complicarme, buenos comentarios, precio aceptable, buena explicación, me da seguridad y por su packaging que es mínimo.
Una vez tenía la copita en mis manos llegó la hora de la verdad. El primer error que cometí es intentarla probar cuando no tenía la regla. Pensando en practicar antes de que me viniese, pero fue un gran error porque al intentar introducirla me dolía. El motivo es que cuando estamos con la regla solemos estar más lubricadas por lo que hace más fácil ponérnosla. Otro impedimento que me encontré es que, la única forma que te explicaban en el packaging de cómo doblar la copa, para mí no era las más cómoda. En las instrucciones te ponía que solo había de doblarlo por la mitad, haciendo una C. Yo busqué otras formas y encontré este vídeo y ahora sigo el punch down que es mucho más cómodo.
Pero a pesar de ello, no me sentía cómoda cuando la llevaba puesto y sobretodo no me sentía segura. Todo el rato pensaba “me la habré puesto bien” “¡Oh Dios mío! creo que estoy manchando ". Se puede decir que no confiaba en la copa. No fue hasta el tercer mes que le di mi voto de confianza.
La copa es algo que hay que ir introduciendo, nunca mejor dicho, poco a poco en tu vida. No puedes esperar que de la noche a la mañana ya te solucione todo. Así que lo que hice fue durante un periodo, me la usaba junto con la compresa; durante estos días aprendía a usarla y veía cuando tenía que cambiarla. En el siguiente periodo probaba a llevarla sola durante unos días, es una etapa donde vas cogiendo confianza en la copa. Y ya en el siguiente me atrevía a llevarla durante todo el periodo sola. En definitiva, no fue hasta el sexto mes que caí rendida a la copa.
¿Y qué pasa ahora? Pues la rutina que sigo es la siguiente. Cuando me viene la regla en una cacerola, que solo uso para la copa, pongo agua a calentar hasta el punto que empiece un poco a hervir, pero no mucho. Hecho una cucharada sopera de bicarbonato y junto con la copa lo dejo durante 5 minutos. Estos pasos sirven para limpiarla previamente. Tras esos cinco minutos me la pongo y durante los siguientes días solo la enjuago con agua, pero repito este proceso otra vez cuando mi periodo termina. He de comentar una cosa, aunque llevo tiempo con la copa sigo utilizando salvaslips, de algodón orgánico y sin ningún químico. El motivo es que solo tengo una copa, no me la llevo a todos los lados y aunque se más o menos cuando me va a venir la regla, nunca sé el momento exacto. Por lo tanto, siempre verás en mis bolsos y mochilas salvaslips por si me pilla de sorpresa fuera de casa.
Solo uso 2 como mucho en cada periodo y estoy pensado en sustituirlos por compresas de tela, pero todavía no me he decidido mucho porque no he investigado lo suficiente y no he recibido mucho feedback de nadie.
¿La habéis probado vosotras? ¿Alguna recomendación?
Ya para cerrar este largo post, usar la copa menstrual es un gran paso en esta aventura. No solo por la cantidad de dinero que te ahorras, sino también por la cantidad de residuos y plásticos que reducimos. Durante esos seis primeros meses, no solo fue un periodo de tránsito y adaptación, sino que, podría decirse, fue una etapa de lucha contra prejuicios sobre la menstruación que nos ha ido inculcando la sociedad. Ahora no tengo ninguna vergüenza en reconocer que uso la copa y cuando lo digo sé que a todo el mundo le pica la curiosidad y hace que más gente se anime a dar ese paso. Por lo que me hace un poquito más feliz.
Y vosotras ¿la habéis probado? ¿cómo ha sido vuestra experiencia?