Amina Lawal no ha tenido una vida fácil, es la menor de 13 hermanos y a los 14 años se casó por primera vez. Un matrimonio que duró 12 años y del que nacieron 2 hijos. Se divorció y se casó otra vez, esta vez duró tan sólo diez meses casada, ya que ella sufría de hemorragias y su marido no queria pagar los medicamentos. Lo que la llevó a separarse de nuevo.
Después del segundo divorcio llegó lo que para ella fue su peor pesadilla. Mantuvo una relación con Yahaya Mohammed, un sobrino lejano de su segundo marido, con el que la familia no quería que se casase. Con él mantuvo dos relaciones sexuales y ahí fue cuando se quedó embarazada.
El padrastro de Amina al enterarse se quejó al jefe del pueblo y Yahaya se comprometió a hacerse cargo de la niña, Wasila, pero esta promesa duró poco y Amina fue arrestada, el juez la condenó a morir lapidada, la pena por adulterio prevista por sharia, basada en una interpretación ortodoxa del Corán vigente en 12 de los 18 estados del Norte de Nigeria. Gracias a una campaña mundial, dónde se consiguieron millones de firmas, Amina se salvó de morir lapidada, y el presidente de Nigeria anunció la suspensión de las lapidaciones.
Hoy en día Amina Lawal tiene otra niña fruto de otro matrimonio, ya que al ser libre y volver a su pueblo se casó de nuevo, pero su marido le abandonó a los seis meses de casados. Vive en la pobreza total, enferma y abandonada. No puede ni caminar por su pueblo, ya que ninguna mujer puede andar por las calles sin el permiso de su marido o acompañada de un hombre de confianza. Amina es el reflejo del sufrimiento más atroz que existe, y espera poder algún día despertar de esta pesadilla.
¿Conocíais la vida de Amina Lawal?