Siete obstáculos que frenan la resurrección de especies extinguidas



Por primera vez en la historia, un animal extinguido, el bucardo de los Pirineos, vuelve a abrir sus ojos a la vida. Una cabra híbrida, cruce entre cabra montés y doméstica, paría en España un clon deCelia, la última bucarda que correteó por las montañas de Ordesa. Pero el clon se había gestado con una malformación que le impedía llenar de aire sus pulmones. En unos minutos, el cabrito estaba muerto. El sueño de volver a ver mamuts lanudos viajando por la estepa siberiana y dientes de sable cazando en las praderas de Norteamérica es tan atractivo como complejo. No es imposible, como se demostró con aquel bucardo. Sin embargo, la desextinción de estos animales, de los que ya no quedan ejemplares vivos, plantea importantes problemas tecnológicos, legales, prácticos e incluso éticos que pueden frenar ese objetivo: devolver la vida a especies que creíamos haber perdido para siempre.

Un minucioso trabajo que publican hoy en la revista Science dos investigadores de la Universidad de Stanford (EEUU) profundiza en el debate sobre la recuperación de especies extintas, señalando todas las aristas de este delicado asunto. La desextinción es una aplicación especialmente interesante de nuestro cada vez mayor control sobre la vida, aseguran los autores. Y añaden: Creemos que va a suceder. La pregunta más interesante e importante es cómo va a afrontarlo la humanidad. Este estudio de Science se suma a otro trabajo, publicado el martes enPLoS Biology, sobre las complicaciones y oportunidades de la vida sintética, y a un especial de la revista National Geographic. Consultados varios de sus autores, estos son los siete obstáculos fundamentales que se interponen entre la realidad y ese sueño de ciencia ficción.

Problemas tecnológicos

De momento, la mayor fuente de problemas que están encontrando los científicos embarcados en la resucitación de especies es el cómo. El estudio de Science identifica tres métodos: el primero es la clonación, que es el que se intentó en España con el bucardo, un éxito relativo. Sus problemas van más allá de los clásicos fallos de esta tecnología, como es esa alteración pulmonar que lo mató. Porque clonar un individuo no es recuperar una especie. Nuestra mayor debilidad es que sólo contamos con el material de una hembra. No tenemos variabilidad genética, reconoce el veterinario Alberto Fernández-Arias, uno de los miembros del equipo que resucitó aquel bucardo, un proyecto que ahora busca financiación.

Otro de los métodos es el de seleccionar ejemplares por sus características físicas más primitivas para ir rebobinando su evolución artificialmente. Cruzando individuos para desandar el camino evolutivo hasta un ancestro. Algo así es lo que se está haciendo en el programa Tauros para resucitar a los uros, toros gigantes que desaparecieron en el siglo XVII. Por último, algunos proyectos han apostado por la ingeniería genética, que es la fórmula que más margen de maniobra ofrece. De momento, sin éxito.

No sería la misma especie

En las dos últimas tecnologías descritas nos encontramos con una gran pega: los animales obtenidos no serían los mismos que una vez se extinguieron. En sentido estricto, serían más bien híbridos entre las especies desaparecidas y las actuales, usadas como lienzo para dibujar un animal casi idéntico al que se busca resucitar. Además, se use la técnica que se use, para recuperar una especie entera se necesitan varios ejemplares diferentes, o de lo contrario solo se conseguirían objetos de coleccionista con escasas probabilidades de tener una descendencia viable.




¿Un individuo (o un conjunto de clones) hacen una especie?, se preguntan los expertos en bioética que firman el artículo de Science. Incluso si se logra que sea idéntica genéticamente, ¿es eso suficiente?. Los individuos revividos no tendrían la misma composición epigenética, esas características que moldean al individuo más allá de sus genes. Yo soy yo y mi circunstancia, dijo el filósofo José Ortega y Gasset, ¿sería posible recrear con exactitud la circunstancia, el ecosistema, de sus predecesores extintos?

Problemas éticos

Esa pregunta lleva a una reflexión inevitable: no todas las especies son idóneas para su recuperación. Existe cierto consenso en que el bucardo cumple con los principales requisitos para intentarlo, explica Fernández-Arias, quien participó hace pocos días en unas jornadas sobre esta materia organizadas por National Geographic. Hay proyectos y proyectos, reconoce este veterinario, actualmente responsable de caza y pesca del Gobierno de Aragón. ¿Se podría soltar ahora un dientes de sable en Norteamérica? Las presas no serían las mismas, ni la competencia, ni el entorno…, reflexiona. En cambio, está convencido de que todo está casi igual que cuando murió Celia, la última gran cabra montesa. Gran parte de su territorio, que apenas ha sido modificado en los últimos 15 años, cuenta ya con protección. Y los sarrios (rebecos) apenas han cubierto su nicho, explica el veterinario.

Fernández-Arias insiste en que la idoneidad de una reintroducción de este tipo debería decidirla un comité de expertos. Sería un asunto estrictamente de conservación: si se logran varios individuos viables, habría que intentarlo. Sin embargo, en cuanto surge el debate se alzan voces contrarias, que hablan de jugar a Dios o de revertir la selección natural. En Science señalan el argumento de la justicia: Nosotros los matamos, nosotros tenemos el poder de resucitarlos. Pero, ¿qué animales sería justo revivir? ¿Todos los casos en los que el ser humano haya desempeñado algún papel en su desaparición?

Legalidad vigente y futura




Si mañana tuviéramos tres bucardos, las leyes europeas nos obligan inmediatamente a poner en marcha un plan de recuperación de la especie, que estaría de pronto en situación de peligro extremo de extinción, asegura Fernández-Arias. Lo cierto es que no está del todo claro cuál sería la consideración legal de una de esas especies recuperadas. ¿Un animal hace especie? ¿Y si son un híbrido, un animal artificial recreado para asemejarse en detalle a uno extinto, pero no exactamente igual? ¿Merece la misma protección? A nivel internacional, EEUU y otros países están obligados por diversos tratados sobre las especies en peligro, sobre todo CITES, explica a Materia uno de los autores del estudio de Science, Jacob Sherkow. Esos tratados se refieren principalmente a la importación y exportación de especies en peligro de extinción y no está nada claro cómo contemplaría a las especies revividas, indica.

Por supuesto, debería legislarse sobre la desextinción de especies, contemplando cómo, quién, cuándo y en qué circunstancias sería permisible hacerlo. Además, la recreación de uno de estos animales supondría otra gran duda: ¿se pueden patentar? Los productos de la naturaleza no se pueden registrar, pero en muchos países (como EEUU) sí está permitido hacerlo con organismos vivos creados sintéticamente, que pudiera ser el caso a aplicar en muchos de estos proyectos.

Dilemas políticos

En la actualidad, hay innumerables organizaciones de todo el mundo que destinan ingentes cantidades de dinero para salvar de la extinción a las 20.000 especies animales amenazadas en el planeta. Y se calcula que recuperar todos los ecosistemas en peligro costaría 60.000 millones anuales, una cantidad de dinero que es probable que no se invierta nunca. En ese escenario, podría considerarse contraproducente añadir nuevos animales a la lista a proteger. La protección de las especies amenazadas debe mucho al argumento de la irreversibilidad. Si la extinción deja de ser para siempre, la preservación podría dejar de parecer tan importante, explica a Materia Hank Greely, el otro coautor del estudio de Science y uno de los mayores expertos en bioética del mundo.

Básicamente, creo que sería suficiente con dinero de particulares o fundaciones independientes para financiar la mayor parte, y tal vez todos, los proyectos de desextinción. Estos organismos no tienen que coincidir en sus prioridades con los gobiernos, asegura Greely, convencido de que en ningún caso debería destinarse dinero público: Los pequeños beneficios frente a los posibles problemas que suponen estos proyectos hace pensar que los estados no deberían inmiscuirse económicamente.

Riesgos para todos

Los animales recuperados podrían convertirse en amenazas serias tanto para humanos como para otros seres vivos. Y no se trata de dientes de sable devorando personas por los pueblos. En EEUU están tratando de resucitar a las palomas migratorias, una especie que se movía en bandadas de millares y hasta millones de individuos. Y recorrían cientos de kilómetros, lo que las convertiría en agentes idóneos para la transmisión de pandemias. Tal vez, el genoma de un animal extinto le permitía albergar peligrosos retrovirus, advierte Greely.

Por otro lado, los ecosistemas son sistemas muy frágiles que, sin embargo, se adaptan rápidamente a los cambios. El hueco que dejó en su día el bucardo lo está ocupando el sarrio, ¿y si su reintroducción pone en problemas a otro animal? ¿O a los pastos que les sirven de alimento a todos ellos? ¿Puede una especie convertirse en invasora en su propio territorio años después?

Hacia lo desconocido

Se puede argumentar que no podemos saber en detalle las consecuencias de reintroducir una especie. Como tampoco podemos saber todas las consecuencias de su extinción, explican en Science. Kent Redford y su equipo, autores de un reciente estudio en PLoS Biology, van un poco más allá, en referencia a estos animales que podrían crearse: La vida sintética evoluciona. ¿Cómo interactuarán estos organismos sintéticos con las especies existentes y en qué medida van a ser tales interacciones predecibles?, se preguntan. Lo cierto es que no hace falta recurrir a metáforas como las que proporciona Parque Jurásico para concluir que se ignora cuál sería el resultado de estos proyectos, que abarcan a investigadores de todo el mundo trabajando con ranas o tigres de Tasmania. Por no hablar del pollosauriode Jack Horner. Pero ignorar todas las derivadas de un trabajo científico no es esencialmente malo, como advierte Fernández-Arias: El resultado de las técnicas que desarrollemos para conseguirlo, la información que obtengamos con su estudio, quedarán ahí a disposición de otros investigadores. El conocimiento tiene un valor intrínseco.

Rerencia

What If Extinction Is Not Forever? DOI: 10.1126/science.1236965


¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:

Relacionado

Los científicos han descubierto hasta 1,3 millones de especies, lo que representa aproximadamente el 20% del total de especies que hay en este planeta. Por tanto, todavía quedan millones de especies por descubrir. Excepto que nunca llegaremos a conocer la mayoría de ellos: se cree que más del 99% de todas las especies que han vivido alguna vez están extintas. Aquí hay 10 de las especies animales m ...

2015La alta tasa de pérdida de especies actual ha llevado a los científicos a afirmar que estamos viviendo la sexta gran extinción. La velocidad de pérdida de especies es similar a la de las otras cinco anteriores que han ocurrido en la Historia de la Tierra, como la que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años. La mano del hombre está detrás de esta desaparición en masa. Edward O. Wilso ...

InicioLa biodiversidad es resultado del proceso de la evolución y de las relaciones entre cada uno de sus componentes; en ella, las especies se encuentran íntimamente interrelacionadas, incluso con las partes no vivas –virus– que forman los ecosistemas.De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés),1 hasta el momento, 1.7 millones de es ...

2016*Por: V.R. Hernández Marroquín Desde hace varios años se habla de una sexta gran extinción. A diferencia de las cinco anteriores, que han sido identificadas por los paleontólogos en el registro fósil, la sexta estaría ocurriendo en estos mismos instantes. Los científicos que defienden la existencia de este fenómeno afirman que la tasa a la que se están extinguiendo las especies desde que exist ...

Las tortugas son seres extraordinarios que simbolizan longevidad, fertilidad y fortaleza, a pesar de su lento andar por el mundo.Tienen cualidades metabólicas increíbles, porque son reptiles que tienen un caparazón especialmente diseñado para protegerlas de las agresiones externas, tanto las especies acuáticas o marinas como las terrestres.No en vano han logrado sobrevivir a los cambios de la Tier ...

La World Wildlife Fund (WWF) ha publicado un informe llamado Planeta Vivo 2018 donde señala que casi el 60% de la cantidad de mamíferos, reptiles, anfibios y vida marina se han extinguido en los últimos 50 años, debido a la actividad humana. El estudio, que abarca desde el año 1970 hasta el 2014, indicó que, por ejemplo, 20% de la selva del Amazonas, en Brasil, se ha perdido en apenas 50 años. ...

2017La última paloma pasajera (Ectopistes migratorius) murió cautiva en el zoo de Cincinnati (EE UU) en 1914. En la práctica, la que fuera el ave más abundante del planeta llevaba años extinguiéndose. Unas décadas antes, la pasajera nublaba los cielos de América del Norte en bandadas de millones. Pero llegaron los colonos, alteraron su hábitat y la cazaron hasta que solo quedaron las palomas de lo ...

Un estudio realizado por científicos del Real Jardín Botánico (Reino Unido) destaca que más de la mitad de las especies de café silvestre están en peligro de extinción. Esto se debe a la deforestación, el cambio climático y la propagación y el aumento de plagas y hongos patógenos.Fue la primera vez que los estudiosos evaluaron a fondo las especies de café incluidas en la Lista Roja de Especies Ame ...

2016La situación de los rinocerontes es crítica: cada año, los furtivos liquidan más de un millar de ejemplares en medio de una sangrienta matanza que tiene desbordados a varios gobiernos africanos. Ya solo quedan tres ejemplares vivos de rinoceronte blanco del norte, una de las subespecies que antaño llenaban el continente. Tres animales, un macho y dos hembras, con secuelas físicas que les hacen ...