Los cambios estacionales de temperatura, cada vez más extremos a lo largo de los años, afectan a la producción de uva en todas las regiones del mundo, incluida la famosa región francesa de Champagne.
Las uvas del champán dependen de un clima fresco y un suelo calcáreo para producir ese sabor crujiente y afrutado tan característico del champagne. Pero el cambio climático está haciendo que estos factores sean cada vez menos fiables, y los productores de champán en Francia están preocupados por el futuro del mismo.
A.R. Lenoble ha venido combatiendo las alteraciones gustativas de sus productos mezclando vinos de reserva de añadas anteriores. Louis Roederer, otra empresa de champán, ha comenzado a experimentar con el análisis del ADN de la levadura y la viticultura biodinámica para tratar de evitar los impactos del cambio climático. Jean-Baptiste Lecaillon, chef de cave de la compañía, ha encabezado estos esfuerzos en busca de una forma de “mantener lo que ha hecho la reputación del Champagne”.
A pesar de los retos potenciales a los que se enfrentan los productores de champán, Lecaillon es optimista. “Inventamos las burbujas para compensar las uvas inmaduras. Como agricultores, nuestro trabajo, nuestra vida, nuestra pasión ha sido adaptarnos al cambio climático durante cientos de años. Si el futuro se calienta demasiado, tendremos que hacer Borgoña”.
Este año sin ir más lejos la temperatura en la zona es de dos grados mas de los máximos históricos de la zona, y algo parecido pasa en Cataluña en la zona donde se produce el Cava, también famoso por ser de características similares a la champagne, ya hemos visto en el pasado desaparecer variedades enteras de uvas por culpa de los cambios de clima en una región, sino se encuentra una solución el champagne como lo conocemos desaparecerá, tal vez ante una noticia como esta los Donald Trump de este mundo se motiven para tratar de plantar más arboles y hacer menos fabricas.