Cuando hablamos de FengShui la mayoría piensa en la magia. Entonces les digo si existe. Pero para los que transitamos esta hermosa disciplina sabemos que Feng Shui es mucho más real y tangible que la magia. Las energías se acumulan alrededor nuestro como espirales o lanzas, benévolas o no. Tenemos herramientas, curas,armonizaciones, formas, colores, estrellas volantes, Bagua, Bazi (astrologías china) y muchísimos elementos capaces de dar dirección a todo ese Chi (energía). Es un gran rompecabezas capaz de formar el mandala más perfecto. Pero para esto no solo hay que saber manejar el Chi externo darle forma y guiarlo, sino también el nuestro y personal. Todo lo que tu interior desee así podrá ser en tu exterior, y si para eso necesitamos modelar y reacomodar lo que te rodea porque no hacerlo.
Puedes comenzar con muy poco; hacer Feng Shui es comenzar a pensar en positivo, dejarse llevar por el corazón, limpiar tu cuerpo y tu alma; comenzar una rutina distinta y que te satisfaga. Desprenderte de lo que ya no te haga falta, mirar a delante y no detrás, sonreír, correr, bailar, comer, contemplar. Y luego introduce esos cambios en tu casa y tu trabajo.
Y cuando menos lo esperes estarás dentro de la magia del Feng Shui.
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