Hoy os quiero hablar de este aceite entiedad, que, como ya os contaba en esta entrada donde os presentaba a la tienda Lavandaeco, me llamó la atención de una forma tan especial.
En general me gustan los aceites, aunque como todo en esta vida, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Yo suelo centrarme más en las ventajas.
¿QUÉ NOS DICE LA MARCA SOBRE EL PRODUCTO?
Aceite anti-edad con acción nutritiva, anti-arrugas, antioxidante, que devuelven la elasticidad a la piel, estimulando la renovación celular y la producción de colágeno.
El aceite de Jojoba hidrata en profundidad, reafirma y favorece la absorción de los tan apreciados aceites de Aguacate, Vid roja y Grosella negra, de acción nutritiva, anti-arrugas, antioxidante, que devuelven elasticidad a la piel, estimulando la renovación celular y la producción de colágeno. Apto para piel delicada. El perfume procede de aceites esenciales puros de Salvia sclarea y Lavanda, que ayudan a equilibrar la producción de sebo, a cerrar los poros, y a regenerar la piel dejándola más firme y sedosa.
INCI: Persea Gratissima Oil, Ribes Nigrum Oil, Vitis Vinifera Seed Oil, Simmondsia Chinensis Oil, Salvia Sclarea Oil, Lavandula Hybrid Oil, Tocopherol ,Linalool, Geraniol, Citronellol, Limonene.
100% de ingredientes naturales.
Producto controlado y certificado por Suolo e Salute
MI OPINIÓN SOBRE SU COMPOSICIÓN
Analicemos un poco sus ingredientes:
El aceite vegetal de aguacate (Persea Gratissima Oil) es el componente que se encuentra en mayor proporción. Se extrae de la pulpa de esta fruta (la piel y hueso no se utilizan) y me gusta que esté en primer lugar del INCI porque es rico en vitaminas A, B, D y E, y porque además de nutrir, tonifica la piel en profundidad y le confiere elasticidad (por su contenido de ácido oleico que actúa sobre la epidermis y la dermis estimulando la fabricación de colágeno y elastina). Su composición es muy similar al sebo de la piel, resultando por ello muy adecuado para las pieles secas y maduras.
El aceite de grosella negra (Ribes Nigrum Oil) también conocido como Grosellero negro o Zarzaparrilla negra, proviene de las semillas prensadas de dichas grosellas.Su contenido en vitamina C es cuatro veces superior a la naranja y es muy rico en antocianinas, que tienen poder antiinflamatorio. Por eso es frecuente usarlo para tratar eczemas, picaduras de insectos, contusiones y dermatitis atópica. Las pieles grasas y sensibles se benefician especialmente de sus propiedades.
El aceite de semillas de uva (Vitis Vinifera Seed Oil). Contiene más de un 70 % de ácidos grasos esenciales y tiene un intenso poder de nutrición, incluso en las epidermis más secas. También es muy rico en sustancias antioxidantes que nos ayudan a protegernos de los radicales libres y a ralentizar el envejecimiento de la piel.
Aceite de jojoba (Simmondsia Chinensis Oil) del que ya os hemos hablado en varias ocasiones, tan solo recordaros que protege la piel formando una película lipídica sin obstruir los poros y que se descompone lentamente en la piel, protegiéndola durante mayor tiempo de la pérdida de hidratación, pero sin engrasarla. Por ello, es un hidratante óptimo para pieles grasas y con impurezas.
La Salvia sclarea (Salvia Sclarea Oil), es una especie de salvia (la más grande de todas ellas) que fue muy utilizada durante la edad media (hoy en día quizás menos). Como todas las salvias, tiene propiedades antimicrobianas comprobadas en laboratorio, por lo que resulta muy útil en pieles mixtas/grasas y en cabellos grasos, así como en casos de caspa, acné y caída del pelo.
Aceite esencial de lavandín (Lavandula Hybrid Oil): El lavandín es una planta híbrida, es decir un cruce natural entre el espliego y la lavanda. Sus propiedades beneficiosas en la piel son bastante similares a las de la lavanda, siendo destacable sobre todo su buen poder antiséptico y antimicrobiano, resultando útil también en fórmulas cosméticas para casos de acné, caspa, y cualquier dermatitis o eczema. De todas formas, queremos señalar que aunque el lavandín y la lavanda son plantas con composición parecida (por ejemplo las 2 son ricas en linalol y acetato de linalilo), cada una tiene otros componentes que las diferencian bioquímicamente hablando e incluso olfativamente son diferentes ya que el lavandín es más alcanforado. Por eso no nos parece apropiado que en el envase ponga que contiene lavanda, cuando en realidad lleva lavandín.
MI OPINIÓN SOBRE EL PRODUCTO
Me puse muy contenta cuando recibí este aceite (nos lo dieron a probar las chicas de Lavandaeco, cosa que agradezco enormemente) y la verdad es que he quedado encantada con él.
Me gustó así a primera vista su composición y por supuesto que sea un producto certificado bio. El temor que tengo siempre al probar un aceite nuevo, es que se absorba con dificultad, aunque ya os digo que este no es el caso (algo que se entiende perfectamente cuando se lee el INCI con detenimiento, porque por ejemplo el propio aceite de aguacate, es uno de los que mejor y más rápidamente se absorben, también el de semillas de uva).
Otra cosa que me parece interesante y destacable es que aún siendo el tipo de producto que es, pueda ser utilizado en cualquier tipo de piel: por un lado hidratando al máximo las pieles secas y equilibrando el contenido hidro-lipídico de las mixtas e incluso de las grasas por otro lado (de hecho, la marca lo recomienda en sus indicaciones para mixtas, grasas y delicadas). Y esto es posible gracias a que, sobre todo cuatro de sus principales componentes (concretamente el aceite de grosella negra, el aceite de semilla de uva, el aceite de jojoba, y la salvia sclarea) tienen entre sus maravillosas propiedades la de regular la producción de sebo de las pieles en general.
Llevo casi tres semanas probándolo, y poniéndomelo por las noches al llegar a casa, después de la limpieza facial. Al principio la cara queda aceitosa (normal, como con cualquier aceite), pero a los diez o quince minutos mi piel (ya sabéis que es seca), lo ha absorbido casi por completo. Me gusta mucho la sensación de hidratación que noto por la mañana y su olor suave a lavanda.
PACKAGING Y PRECIO
Se presenta en un envase de plástico de 100 ml, con spray sin aerosol, que permite dosificarlo de forma adecuada. Con una pulsación tengo de sobra para cada aplicación. Cuesta 17,50 euros en la tienda online de Lavandaeco. Como apreciación personal, prefiero los envases de vidrio (y a ser posible oscuro) porque el producto (y como en este caso con más motivo en aceites) se conserva mejor, ya que se evita la radiación de luz y con ello, una oxidación de sus componentes.
Y para terminar vamos a comprobar si cumple o no todos los requisitos que le pido yo a mi aceite nutritivo ideal:
Máxima hidratación y nutrición: lo cumple
Protección frente a los radicales libres y efecto anti-envejecimiento: más o menos también lo cumple
Absorción completa y rápida: sí, aunque como ya dije en una ocasión, un aceite siempre será un aceite (pero está claro que unos se absorben mejor que otros)
Olor agradable y suave que no perdure demasiado tiempo: también lo cumple
Así que, como ya habéis podido comprobar, en conjunto he quedado muy satisfecha con este aceite de la eterna juventud y por ello mi nota esta vez es un…
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