El proceso es simple y funciona gracias a uno de los principios básicos de la química: los opuestos que atraen. En la cáscara del plátano, hay una gran cantidad de moléculas cargadas negativamente, mientras que los metales pesados están cargados positivamente. Por lo tanto, cuando se coloca en agua, la cáscara del plátano atrae hacia sí los metales.
Pero sin embargo debía todavía hallar la forma idónea de poner estas cáscaras en el agua y potenciar su acción para lograr su objetivo. Milena Boniolo también descubrió cómo hacerlo de forma simple: en una bandeja para hornear, las cáscaras son secadas al sol durante aproximadamente una semana. A continuación, se trituran y se tamizan. Al final, es esta harina de cáscara de plátano es arrojada al agua para limpiar el recurso.
De acuerdo con la investigadora, 5 mg de polvo de plátano son suficientes para descontaminar 100 ml de agua. Sin embargo, para alcanzar altos niveles de limpieza es necesario repetir el proceso más de una vez. Ya que según las pruebas de laboratorio, la cáscara de plátano podría neutralizar y absorber alrededor del 65% de los metales pesados que estaban en el agua.
Ahora Milena Boniolo esta buscando patrocinio para aplicar esta técnica a gran escala. La cáscara de plátano no falla!!