Hacer jabones.
Otra de mis grandes aficciones.
Es como hacer pasteles, o bombones. Leer, buscar, pensar, elegir, y mezclar. Echar en moldes, y salen unos jabones preciosísimos.
A mí me encantan.
Los miro, recién hechos. Los vuelvo a mirar cada día, los huelo, los tapo. Y espero sus treinta días si son con sosa, deseando ver el resultado final. Cuando tengo varios, los cuento, los alineo, les hago fotos, los toco (más bien, acaricio), los envuelvo, los vuelvo a mirar, jejeje. Hasta que por una u otra razón, les digo adiós.
A veces me cuesta, pero para eso están, para que alguien más que yo los use, los disfrute.
Desde que mis abuelos hacían el jabón, luego mis padres, en el campo, cuando les llevábamos el aceite usado, en vez de tirarlo. Después mi padre me dio la receta, y comencé a hacerlo. Que si un poquito de miel, que si unas flores secas, que si semillas... Y poco a poco vas creando jabones con formas y aromas distintos, y con distintas propiedades y usos. Internet y las publicaciones sobre el tema, ayudan.
Uno de los mayores descubrimientos ha sido este jabón, que encontré por internet de Marcela Burgos.
Desde que lo hice por primera vez, cada año en el tiempo de los higos, tengo que hacerlo por fuerza. ¡me encanta! Y en este molde, que es el que más me gusta para este jabón.
Os dejo la receta, que con algunos leves cambios, nos enseñó Marcela.
Ingredientes, para 4 jabones de.....
304 gramos de aceite de usado, pero que no esté demasiado sucio. Yo utilizo un aceite que solo se ha usado en dos ocasiones, o también un aceite sin usar, un aceite de oliva, por ejemplo, que sale más barato. Aunque con 300 gramos, para unos 6 jabones que te saldrán, no es demasiado caro.
113 gramos de agua destilada
44 gramos de sosa cáustica
3 higos maduros
35 gramos de aceite de almendras dulces, o también puedes utilizar de caléndula, que según Marcela, aporta los nutrientes que pueda perder el aceite reciclado.
5 gramos de aceite esencial de petigrain o lavanda,
3 gramos de cera de abeja, (opcional)
De 3 a 5 gramos de esencia de higo.
Preparación:
En primer lugar, utiliza las medidas de seguridad adecuadas. Guantes, y gafas si son necesarias. Trabajar en un sitio donde haya ventilación, junto a una ventana, si no puedes hacerlo en el exterior. Y procura que no haya peques correteando alrededor o algún animalito.
Pesa todos los ingredientes por separado.
En un cuenco echa el agua destilada y luego agrega la sosa con cuidado y remueve sin batir hasta disolver la sosa.
Deja en un sitio con ventilación, en el lavadero, terraza o junto a una ventana.
Calienta el aceite de oliva después de colarlo. Aparta un poco en un vaso y calienta con la cera de abeja, y añade al aceite. Después deja que enfríe, aceite y sosa hasta obtener la misma temperatura, unos 30º. Aproximadamente, lo importante es eso, que tengan la misma temperatura. Yo lo hago a ojo, probando con la punta del dedo meñique.
Pela los higos y hazlos puré con un tenedor.
Cuando estén a la misma temperatura echa el agua y sosa al aceite y empieza a remover.
Puedes ayudarte con una batidora, suavemente.
Cuando esté casi cuajado, como un suave puré, añade los aceites de almendras, los aceites esenciales, la esencia y bate unos segundos más hasta mezclar. Que no espese mucho, porque la cera de abeja espesa la mezcla.
Finalmente añade el puré de los higos.
Vuelca en los moldes y deja unas 24 horas hasta desmoldar.
No usar hasta pasados 30 días, que es cuando el efecto nocivo de la sosa, desaparece. Se termina el proceso de saponificación.
Cuando enfría, y con el paso de los días, se va volviendo más blanco.
como lleva las semillas de los higos, es un jabón exfoliante con muy buen olor.
Usos.
Para manos y cuerpo,
Propiedades: Tiene muchas vitaminas, y es hidratante, antiinflamatoria y calmante..
Antienvejecimiento y muy nutritivo.