Qué es el índice de saponificación
Cada aceite o grasa tiene su índice de saponificación propio, esto quiere decir que necesita una cantidad exacta de sosa o potasa para convertirse en jabón.
La sosa y la potasa tienen pesos moleculares diferentes y por lo tanto índices de saponificación distintos. Cada molécula de potasa pesa 56,1 g y la de sosa 40 g, por lo tanto se necesita menos cantidad de sosa que de potasa para convertirse en jabón.
Por ejemplo, el aceite de hueso de oliva (que es el que más usamos en España como aceite base) tiene un índice de saponificación de KOH de 0,189 y un índice de saponificación de NaOH de 0,135. Esto quiere decir que cada gramo de aceite necesita esas cantidades (en gramos) de potasa o sosa para convertirse en jabón.
Todos los índices de saponificación de las grasas los puedes ver en la siguiente página: Qué aceite usar para hacer jabón.
Cómo se calcula la cantidad de sosa o potasa necesarias para hacer jabón:
La cantidad de sosa o potasa necesarias para 1.000 g de aceite de hueso de oliva se calcularía así:
1000 g de aceite x 0,135 = 135 g de sosa.
1000 g de aceite x 0,189 = 189 g de potasa.
Si son varios aceites se calcula la cantidad de sosa o potasa para cada uno y luego se suma.
Cómo se calcula el agua necesaria para diluir la sosa
La cantidad de agua necesaria será una tercera parte del peso de los aceites, es decir, el 33% del peso total (bueno para ser más exactos sería 33,3 pero para redondear se dejará el 33%).
Es decir, que para 1000 g de aceite se necesitarían 330 g de agua (1000 x 0,33).
Que es la concentración
La concentración es justo eso, la cantidad de sosa que usaremos para diluir en el agua.
Este porcentaje no siempre tiene que ser igual. La concentración puede variar entre un 25% y 35%, todo depende de la dureza del aceite o grasa que vayamos a utilizar.
Dureza de un aceite
Se consideran aceites duros los que a temperatura ambiente están sólidos y blandos los que están líquidos, aunque también depende de la época del año, porque el aceite de coco por ejemplo es sólido en invierno y líquido en verano, pero por norma general se les suele diferenciar así.
Ese estado está relacionado con la cantidad de ácidos grasos saturados o insaturados que tengan en su composición. Los que tienen mayor cantidad de ácidos grasos saturados (láurico, esteárico o palmítico) se consideran duros y los que tienen más cantidad de ácidos grasos insaturados (oléico, linoléico o linolénico) son blandos.
Por lo tanto, para conseguir un jabón duro o blando tendremos que saber que concentración usar según los aceites empleados.
Por ejemplo, si los aceites son duros (manteca de karité, manteca de cacao, aceite de palma, aceite de coco, etc.) necesitaremos más agua en la disolución y por lo tanto una concentración menor (del 25 al 28%). Al contrario pasaría con los aceites blandos como el aceite de oliva, girasol, maíz, almendras, etc, que necesitarían una concentración mayor (del 30 al 35%).
Si la mezcla de todos los aceites utilizados es equilibrada, se usará el 30% de concentración.
Sobreengrasado
Estos cálculos son los que debemos hacer para saber que cantidad de sosa y agua necesita nuestro jabón para un sobreengrasado cero. Es decir, que todo el aceite quede saponificado, pero por regla general, a los jabones elaborados para la higiene personal se le suelen poner un sobreengrasado positivo para por una parte asegurarnos que no quede sosa libre y por otra para que tenga un extra de hidratación. El aceite que quede sin saponificar es el que otorgará de cualidades concretas al jabón y por eso se suelen usar para este fin los aceites más delicados como el aceite de argán, rosa mosqueta, aguacate, etc.
El sobreengrasado suele ser entre un 5% y un 10%, cuanto más alto sea más hidratará pero también se enranciará antes ya que el aceite se oxida y como consecuencia estropea el jabón.
Para calcular el sobreengrasado a usar se multiplica la cantidad de aceite total por un 5% (cantidad recomendada) y así obtendremos la cantidad a utilizar, aunque también podemos restar del peso de la sosa el porcentaje que queramos usar de sobreengrasado.
Por ejemplo: para 1.000g de aceite de oliva con un sobreengrasado de un 5% de manteca de karité, necesitaríamos 1000g de a. de oliva + 50g (el 5% de 1.000) de manteca de karité, añadido después de la traza.
Traza
La traza es el momento en el que el color de la mezcla se vuelve más claro y adquiere la consistencia de una crema. Es en este instante cuando el aceite y la sosa dejan de ser aceite y sosa para convertirse en jabón.
Justo en este paso se añaden los aditivos al jabón (colorantes, aceites esenciales, aceites para el sobreengrasado, frutas trituradas, semillas, leche de vaca o burra, etc.)
Calculadora de saponificación
Todas estas formulaciones son importante que las conozcas y sepas como se hacen de forma tradicional, aunque después no las vayamos a utilizar ya que existen multitud de calculadoras de saponificación en internet que tienen introducidos todos los valores para cada aceite y con introducir algunos datos como el peso de cada uno, la concentración y el sobreengrasado, nos da la cantidad de sosa y agua necesaria a utilizar. Esto también lo veremos más adelante. Hasta aquí lo fundamental.