"A ti, que me lees en este momento…..
Es muy difícil explicar en unas líneas, quizá la historia más bonita de mi vida, la cual a veces pienso que no merezco.
Desde la adolescencia siempre quise respirar diferente a los demás o por lo menos de la misma manera de aquellos que luchan por la justicia, la igualdad y valoran de corazón los derechos humanos.
Hace un tiempo quise darle un giro a mi vida y no hubo mejor regalo de reyes… Descubrí aquel número de teléfono y detrás de él la voz de nuestra hada madrina! Nunca hubiera imaginado la bienvenida tan calurosa y la aceptación que tuve ante tal proyecto.
Enamorada de todo lo que había detrás de esa llamada decidí tirar para adelante y adentrarme en este mundo tan mágico.
No recuerdo exactamente el tiempo que pasó hasta que me dijeron quien sería, pero mientras tanto mi mente e imaginación se hundían en una tormenta de preguntas y pensamientos…. ¿Cómo se llamará? ¿De qué color tendrá los ojitos? ¿Y la forma de su
naricilla? ¿Cómo será?.....
Y llegó probablemente lo más bonito que tengo hoy día, mi fuente de inspiración… la niña de la que nunca me canso de hablar, Akissi.
No puedo expresaros la emoción que sentí al recibir su primera cartica con faltas de ortografía y su letra aplastada como un acordeón…. ¡Ingenua de mí! Al no pensar en que estaba empezando el colegio por primera vez y que todo esto podría superar a una niña de tan solo cinco años.
Es maravilloso saber de Akissi cada poquito tiempo, de los demás niños, de nuestro cartero que no le importa mover cielo y tierra para que las cartas lleguen a su destino cuando no hay colegio, de los maestros que hacen posible la educación de nuestros
niños y de sus familias que nos brindan el privilegio de poder ayudarles.
Paqui Bleda.
Cuando eres madrina como es mi caso ya no solo ves esto de una manera individualizada sino de manera colectiva, llegas al punto en el que todo y todos te preocupan sin hacer distinción alguna, porque luchando todos juntos se consiguen cosas más hermosas.
¿Existe la magia? Sí, y lo digo convencida, se llama Bodouakro. Este proyecto lo conforman auténticos ángeles de la guarda, mis compañeros de camino y aquellos que comparten esta inquietud como si fuera el primer amor, los padrinos, a ellos mil gracias.
Esta ensalada de emociones consigue animarme para tirar hacia delante con todo lo que venga, me hace ser mejor persona , ver el mundo de otra manera y sobre todo seguir creyendo que no vivimos en un mundo de máquinas sino de corazones.
Si los más fuertes no ayudamos a los más vulnerables
¿Qué nos queda?