Nuestra vida frugal y minimalista está llena de lujos. Lujos responsables y estratégicos. La frugalidad no significa penuria y privación: significa gastar dinero únicamente en lo que verdaderamente te importa y te aporta felicidad. El objetivo de llevar una vida minimalista es diseñar una vida que nos encante vivir. No somos mártires del consumo, aunque nuestro estilo de vida se considere “extremo”, y nunca tenemos la sensación de estar perdiéndonos las cosas importantes de la vida. Para ello, no es necesario prescindir de nuestras cosas favoritas, basta con optimizarlas.
Si no gastas en caprichos pasajeros, podrás gastar sin reparo en las cosas que verdaderamente quieres (viajes, quizá una casa en el futuro, invertir en tu propio negocio…).
Minimalismo y lujos
¿Entonces cómo pueden dos ahorradores extremos como nosotros vivir una vida de lujos? No somos ascetas, ni estoicos. Somos optimizadores ninja. Siempre que vemos una oportunidad para maximizar nuestros ahorros, la aprovechamos. Solo gastamos en cosas que realmente valoramos. No permitimos que nadie nos diga cómo debemos gastar nuestro dinero. No caemos en las trampas del consumo que te incitan a gastar, gastar y gastar. Nos importa un bledo lo que la gente piense (yo he dejado de usar maquillaje por completo, y me siento fabulosa).
No se trata de despojar tu vida de todo acto de consumo. Pero tampoco se trata de sucumbir a cada capricho ni reclamo mercantil. Se trata, como ya imaginas, de encontrar un equilibrio.
Nuestros lujos y el arte de optimizar
Así pues, ¿cuáles son nuestros lujos? Aquí tenéis una lista de todos los lujos que nos permitimos en casa y una explicación de cómo los optimizamos.
1. Nuestros mininos
Sí: las mascotas son un lujo y no una necesidad. Con la excepción de los perros guía, las mascotas conviven con nosotros porque así lo decidimos. Y sí, yo adoro a mis gatos más de lo que os podéis imaginar, pero no me engaño: cuidar de una mascota no es una necesidad, es un privilegio que tenemos y en el que nos gusta consentir. Tener gatos nos hace felices. Nuestros pequeñuelos son la alegría de la casa. No hay más que verlos… ¿quién no se enamoraría de ellos?
Frugalillo y Frugalín
Cómo optimizamos:
Nuestros gatos fueron adoptados en un refugio, por supuesto. Nunca se nos hubiera ocurrido comprar una mascota (y no por el gasto económico, sino por la dimensión ética que esa compra comporta).
Dentro de lo posible, elegimos gatos de fácil mantenimiento: Gatos mestizos en lugar de gatos con pedigree (los gatos de raza tienden a presentar problemas genéticos, son propensos a ciertas enfermedades, etc). También elegimos gatos de pelo corto (los gatos de pelo largo requieren de un mantenimiento más intensivo).
Invertimos en comida de alta calidad, aunque sea más cara que las marcas que venden en el supermercado. Es mejor gastar dinero en darle a nuestras mascotas una nutrición de calidad que no gastar una fortuna en facturas del veterinario para sanar problemas derivados de años de nutrición mediocre. Para asegurarnos de que tienen una hidratación adecuada, combinamos la comida húmeda con el pienso.
Además, como los gatos domésticos normalmente beben menos agua de la que deberían, les compramos esta fuente. Uno de nuestros gatos tuvo problemas de riñón, y el veterinario nos dijo que una buena hidratación era esencial. Sin embargo, convencer a un gato para que beba más agua tiene el mismo resultado que intentar convencerlo para que te traiga las zapatillas por la mañana. Gracias al sonido del agua corriente de esta fuente, nuestros gatos se sienten atraídos al agua con más frecuencia y beben más, lo cual garantiza que tengan una mejor hidratación y unos riñones más sanos. Meses después de tener esta fuente, nuestro gato recibió una analítica muy mejorada de sus riñones. Nuestra fuente nos ha durado varios años, con una limpieza y mantenimiento adecuado es una compra muy duradera. ¡Y no hace ese horrible zumbido eléctrico que otras fuentes hacen (sí, probamos varias)! Solo el armonioso sonido del correr natural del agua.
2. El café
Es cierto que nadie necesita café para vivir, pero la verdad es que nos encanta y no queremos prescindir de él. Además, ¡seguramente no querrías cruzarte conmigo por la mañana antes de mi café!
Cómo optimizamos:
Hacemos el café en casa, con una cafetera de toda la vida.
No tenemos Nespresso, ni DolceGusto ni nada de eso.
Nunca nos verás pisar un Starbucks, y el café en el bar lo tomamos en contadísimas ocasiones.
Compramos buen café en el supermercado.
Si tenemos que pasar muchas horas fuera de casa nos llevamos un termo con el café hecho.
Recientemente, nos hemos comprado un molinillo de café eléctrico, y ahora compramos el café en grano (que sale mucho más a cuenta), y lo molemos nosotros mismos. ¡El sabor de un café recién molido es insuperable!
3. Viajar
Viajar es un gasto que muchas personas en la blogosfera de la frugalidad eliminan por completo. Sin embargo, para nosotros eso no es una opción. En primer lugar, porque nos encanta descubrir el mundo. En segundo lugar, porque la familia del Sr. Frugalez es de Estados Unidos y la mía de España, por lo tanto tenemos que estar viajando de un país a otro al menos una vez al año. Hemos estado en México, Canadá, diferentes rincones de los Estados Unidos, Tailandia, Francia, Inglaterra… y todavía no hemos terminado. ¡Hay tantos lugares que queremos explorar! (Próxima parada: África…)
Cómo optimizamos:
Usamos una tarjeta de crédito que nos da puntos que luego podemos canjear por millas, eso se traduce en dinero en metálico que puedes usar para costear billetes de avión, coches de alquiler o noches de hotel. Nuestra tarjeta de crédito, además, no tiene comisiones por usarla en el extranjero, con lo cual solo pagamos el cambio de moneda y ninguna otra comisión. De este modo, cada vez que voy al supermercado o pago una factura con mi tarjeta, estoy acumulando crédito para mi próximo viaje. ¡Gracias a este método, el vuelo de nuestro viaje de novios a Tailandia nos salió por 200 euros!
Pertenecemos a todos los programas de millas de todas las compañías aéreas con las que vuelo normalmente (Delta, British Airways, etc). De este modo, cada vez que vuelo, puedo usar esas millas para acumular crédito para otro vuelo en el futuro. Unirse a los programas de millas de las diferentes aerolíneas es totalmente gratis.
Viajamos con bajo presupuesto. No nos vamos a los hoteles más caros ni a los mejores restaurantes. La mayoría de los días, compramos comida en cualquier supermercado local y pasamos con bocadillos, fruta y cosas que podemos preparar fácilmente en cualquier habitación de hotel o Bed and Breakfast. Por supuesto, si tenemos el desayuno incluido intentamos desayunar como reyes y luego pasar con menos durante el día.
La clave para encontrar vuelos baratos es viajar fuera de temporada. En agosto, cuando todo el mundo se aferra ansiosamente a sus 15 días de vacaciones anuales, los vuelos están por las nubes y todas las destinaciones están abarrotadas de turistas. Lo mejor es viajar en noviembre, enero… en meses en los que nadie quiere viajar. En muchas partes del mundo sigue siendo verano en esas épocas, así que es el momento ideal para ir. Además, puedes usar una app como Hopper para que te avise de cuándo los vuelos son más baratos. Usamos servicios como eDreams, Kayak o Atrapalo, y así siempre obtenemos los mejores precios.
Para encontrar alojamiento, usamos servicios como Agoda, AirBnB o Booking. Para encontrar vuelos,
De vacaciones, no visitamos tiendas de souvenirs, ni volvemos cargados con llaveros que pone “México (made in Taiwan)”. En general, nos mantenemos alejados de las trampas para turistas.
4. El pan ecológico
Nos encanta comer pan. ¡Quizá nos gusta demasiado! Y nos encanta el pan ecológico en todas sus variedades… Con olivas, con nueces, con semillas, con diferentes harinas, con cebolla… No sé si os habéis fijado, pero últimamente el precio del pan ecológico está por las nubes en las panaderías. La última vez que estuve en una panadería, ante una hermosa barra de pan de harina de espelta que costaba 3,5 euros, se me ocurrió preguntar cuál era el porcentaje de harina de espelta que llevaba dicha barra de pan. Y la chica de la panadería, con mucha honestidad, me respondió que “alrededor de un 20%”. Como podéis imaginar, 3,5 euros por una barra de pan que tiene “alrededor de un 20%” de harina de espelta es un robo a mano armada. Obviamente, no solo estoy comprando el pan, también estoy pagando un par de sueldos, el alquiler de un local en la calle Mayor y un margen de beneficio para las vacaciones de agosto de los nenes. Pero el pan nos gusta mucho y no queremos prescindir de él.
Pan ecológico casero
Cómo optimizamos:
Nos pusimos manos a la obra en la labor de aprender a hacer pan. ¡Y sin panificadora! Los ingredientes necesarios para aprender a hacer pan son increíblemente baratos, y no necesitas más que una cazuela multiusos (con tapa) que pueda ir al horno. En nuestro caso, una cazuela de hierro colado que nos sirve para cocinar todo tipo de cosas.
5. El postre
En casa el postre es sagrado. Sí, sabemos que no es lo más sano del mundo. Sí, sabemos que no es necesario comer postre cada día. Pero aún y así, es una de esas cosillas de la vida que nos hace felices y no queremos prescindir de él. No necesitamos elaborados postres con tres capas de nata, obviamente, pero algo dulce después de la cena es obligatorio en nuestra casa.
Incluso, cuando viajamos, nos gusta probar los dulces regionales. Cuando nos invitan a cenar a casa de alguien, siempre nos ofrecemos a llevar el postre, y de todas las celebraciones anuales, los dulces son una de nuestras partes favoritas (turrones, monas de pascua…).
Torta de laranja casera, último postre elaborado en casa con una receta de Portugal
Cómo optimizamos:
Seguramente ya te lo puedes imaginar: ¡hacemos los dulces y postres en casa! Sale más barato, es más sano porque sabes qué ingredientes usas (y no usas aceites refinados o nocivos, ni grasas industriales), y dura varios días (según lo que hagas). ¡Además es divertido y nos lo pasamos en grande probando cosas nuevas!
6. Decoración del hogar
Aunque nos gustan los espacios minimalistas, una casa totalmente desnuda nos parece fría e impersonal. Pero comprar cosas de decoración puede ser una trampa. Nos sentimos absurdos paseando por la sección de decoración de Ikea y pensando “¿cuál de estos objetos fabricados en masa mejor representa nuestra individualidad?”, “¿esta foto de un puente tendido sobre la niebla, expresa nuestra personalidad lo bastante bien?”.
Cómo optimizamos:
¡DYI! Hacemos muchos proyectos DYI, nos inspiramos en Pinterest o en las cosas que vemos y creamos nuestros propios acentos decorativos.
A veces, visitando tiendas de segunda mano encuentras verdaderos chollos, y a veces lo mejor es hacer algo tú mismo. ¡De este modo puedes estar seguro de que tu entorno es más personal!
Cada uno tiene sus lujos y no tienen por qué ser los mismos. ¡Lo importante es optimizar!
Por supuesto, no todos priorizamos las mismas cosas. Tus lujos pueden ser totalmente distintos a los nuestros. No importa qué es aquello en lo que más te apetece consentir, lo importante es que aprendas a optimizarlo para que no se convierta en un lastre en tus finanzas. Si te encanta el café pero te gastas 200 euros al mes en Starbucks y encima tienes una Nespresso, tu lujo se está convirtiendo en un lastre económico que te priva de otras cosas (por ejemplo, tus objetivos a largo plazo como comprarte una casa, hacer un gran viaje, o jubilarte antes de los 65).
Aprende a optimizar aquellas cosas de las que no quieres prescindir. El problema no es gastar dinero en lo que te gusta o te hace feliz. El problema es cuando ese gasto te endeuda, te impide ahorrar y te priva de alcanzar tus objetivos a largo plazo en la vida.
¿Cuáles son tus lujos favoritos? ¿Cómo los optimizas para poder mantenerlos y, al mismo tiempo, seguir teniendo el estilo de vida que quieres? ¡Déjanos un comentario!
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