Ingredientes
Necesitaréis una batidora con la varilla de montar nata. Tener en cuenta que para las recetas de cosmética suelo utilizar una batidora diferente a la que utilizo en la cocina por tema de higiene y seguridad. Os recomiendo que hagáis lo mismo.
Instrucciones
En este caso preparé unos 500 gramos de producto.
*Colocar un recipiente al baño maría y añadir 300 g de manteca de karité y 100 g de aceite de coco. El aceite de coco lo he utilizado sin fraccionar, por lo que es sólido a temperatura ambiente.
*Cuando los ingredientes anteriores estén en forma líquida, apartar el recipiente del fuego. Añadir 100 g de aceite de almendras dulces. Añadir también unas 10 gotas de vitamina E (opcional) y 10 gotas aceite esencial (opcional); podéis optar por una combinación de eucaliptus y menta si buscáis que la manteca os aporte una sensación de frescor o combinar lavanda con romero si estáis en modo relajación.
*Dejar que la mezcla se enfríe en la nevera al menos 1 hora, hasta que adquiera esta textura semi-sólida de la fotografía.
*Llega el momento de batir. Utiliza la varilla de montar clara de huevos (no sé si tiene un nombre más técnico) y empieza a batir la mezcla hasta que doble su tamaño y adquiera una textura parecida a la de la nata.
Dan ganas de poner fresas, ¿verdad?
*Una vez la tengáis, repartirla en frascos (de cristal a poder ser) y etiquetarlos debidamente. Ya sabéis, la fecha es lo principal para controlar la caducidad del producto. En este caso os aguantará más de un año sin problemas.
Imágenes: Organicus
Ahora sólo queda disfrutarla. Ya veréis que al cabo de unas horas la manteca se endurece un poco más, es normal. Aviso: notaréis que deja una sensación grasa y de hidratación absoluta sobre la piel, hasta cuesta quitarla de las manos (lo digo porque hay gente que esto no le gusta).