Antes de continuar una aclaración. En el post anterior os hablaba de ahumar y hoy de marinar, que no es exactamente lo mismo. Os comento: podemos ahumar (dar sabor) el salmón también en casa utilizando sal ahumada, pero la mayoría de sales que encontramos en el mercado llevan el tipo de aromas de los que os hablaba el otro día, por lo que prefiero no utilizarlas. Por eso, en vez de ahumar vamos a marinar, que es otra manera de preparar los alimentos en crudo, obteniendo en este caso un salmón muy similar al ahumado. Dicho esto, os explico como prepararlo paso a paso:
Ingredientes
*El eneldo también lo podéis utilizar seco si os cuesta conseguirlo fresco
Instrucciones
*Os aconsejo comprar salmón de aproximadamente 1 Kg, a poder ser la cola porque será más fácil de cortar. Aseguraros de quitar todas las espinas, ¡pero dejar la piel! Os recomiendo también congelarlo durante al menos 24 horas para evitar infecciones por anisakis.
*Una vez tenemos listo el salmón, mezclar 750 g de sal gorda con 750 g de azúcar. Añadir parte de esta mezcla a una fuente y colocar uno de los filetes de salmón con la piel reposando sobre la sal y el azúcar. La sal hará que el salmón vaya expulsado el agua agua, que al mezclarse con el azúcar, formará un almíbar que iremos retirando.
*Colocar sobre el filete de salmón ramitas de eneldo y trozos de piel de limón (evitar la parte blanca de la cáscara porque amarga más).
*Colocar el otro filete de salmón encima, con la piel hacia arriba.
*Cubrir el salmón con el resto de la mezcla de sal y azúcar. Taparlo todo con film transparente y dejarlo en la nevera 24 horas. Podéis colocar un cartón de leche encima para que el peso ayude a conseguir un mejor aroma. Al día siguiente, retirar el líquido que ha soltado el salmón al deshidratarse, darle la vuelta y dejarlo 24 horas más. Hay gente que evita este último paso y lo deja 48 horas sin voltear, como os guste más.
Imágenes: Organicus
*Pasado este tiempo sacar los filetes y limpiarlos con agua para quitar la sal, el azúcar, el eneldo y el limón. Secarlos bien con papel absorbente y estará listo para consumir a dados en ensalada, como un tartar, a final lonchas sobre tostadas, etc. Para conservarlo podéis congelarlo o untarlo con un chorrito de aceite y dejarlo en nevera una semana.
¡A disfrutarlo!