Sin embargo, como han constatado las autoras del estudio al poner bajo su lupa la situación del empleo femenino en estos países, “…a pesar de lo intenso de estos cambios, durante este período persistió un patrón ideal de trabajo que se caracteriza de la siguiente manera: el trabajo de tiempo completo, que se mantiene a lo largo de la mayor parte de la vida, basado en relaciones laborales formales, desempeñado sobre todo por hombres, capaces de satisfacer con su salario todas o buena parte de las necesidades de su familia”.
Se sigue identificando a las mujeres, incluso los empleadores, como personas “cuya responsabilidad principal son actividades ligadas a la reproducción”. En consecuencia, cuando participan del mercado de trabajo lo hacen como trabajadoras secundarias, con salarios considerados complementarios al ingreso principal que aportaría el hombre, aunque en numerosos casos esto no corresponda con la realidad.
El libro resalta las características del empleo femenino en estos cuatro países para llamar la atención sobre el impacto de éstas –y de las diferencias respecto a las que caracterizan al empleo masculino- en el mundo productivo, además de lo injusto que resulta una distribución salarial inequitativa para quienes producen en igual nivel de esfuerzo.
El esfuerzo por hacer visibles estas diferencias es de Alter Vida, Red Mujer y Hábitat de América Latina, a través del Proyecto “Iniciativa Regional para la igualdad de las Mujeres en el ámbito laboral”. La compilación y edición fue realizada por Diana Miloslavich, responsable del programa de Participación Política y Descentralización del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán.