Probióticos: el Kéfir

Los probióicos están en auge. Ya nadie duda del efecto beneficioso de estos microorgansimos (ciertas bacterias y hongos) sobre la salud, puesto que ingeridos en una cantidad adecuada han demostrado ser de gran ayuda para mantener el equilibrio de nuestra flora intestinal y potenciar así nuestro sistema natural de defensas. Lo cierto es que con una alimentación sana que incluya productos lácteos como yogur o queso, nuestro aporte de probióticos estará cubierto, pero a veces un suplemento extra no viene mal. De hecho, hoy en día incluso cuando te recetan antibióticos ya te sugieren tomar cápsulas concentradas de probióticos para mantener a ralla tu flora bacteriana. Por tanto, si creéis que ahora puede ser un buen momento para reforzar vuestro sistema inmune, estar atentos porque el próximo día os explico cómo podéis preparar vuestro propio probiótico en casa. En este caso kéfir de agua. Pero tendréis que esperar un poco, porque bien merece que antes me entretenga en alabar las virtudes de este producto.

kefir grains


Imagen vía Flickr

Para los que no lo conozcáis, el kéfir es una masa gelatinosa en la que conviven bacterias y hongos del género Lactobacillus y Saccharomyces, entre otros. Su primera utilización se remonta miles de años atrás en la zona del Caucaso, donde era habitual preparar kéfir de leche, uno de los productos lácteos más antiguos que se conocen. Esta especie de yogur de sabor ácido no es más que leche fermentada con importantes propiedades nutricionales, puesto que es rico en mineralescomo calcio, vitaminas (especialmente vitamina K y del grupo B) y aminoácidos esenciales como el triptófano, entre otros.

fresh, raw homemade kefir


Imagen vía Flickr

Aunque su composición y preparación puede variar, tanto el kéfir de leche como el de agua pueden ser de gran ayuda en el tratamiento de diferentes afecciones o enfermedades, tales como:

*Tratamiento de diarrea aguda infecciosa en niños y adultos.

*Prevención de la diarrea asociada a antibióticos en niños y adultos.

*Algunas enfermedades inflamatorias intestinales (colitis ulcerosa, reservoritis).

*Mejora de los síntomas debidos a la mala digestión de la lactosa.

*Mejora de algunos síntomas del síndrome del colon irritable.

*Prevención de la enterocolitis necrotizante en recién nacidos pre-término.

Asimismo, hay indicios de su posible efecto en la disminución del asma, la dermatitis, los eczemas y otras enfermedades alérgicas, en la regulación de los niveles de azúcar y colesterol en sangre, en la mejora de los síntomas de pacientes con reumatitis u otras afecciones inflamatorias y en la prevención de determinadas infecciones o incluso el cáncer.

¿Vale la pena probarlo, verdad? Pues estar atentos, porque el próximo día os explico cómo lo podéis prepararlo en casa.

Referencias

Papel de los probióticos en la salud. CedimCat.

Ahmed Z, et al. (2013) Kefir and health: a contemporary perspective. Crit Rev Food Sci Nutr. 2013;53(5):422-34.

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