Es importante destacar que el desarrollo económico no debe estar reñido con el respeto de los derechos humanos y la conservación del medio ambiente, así como el cuidado de los intereses de la sociedad en general, por lo que se requiere diseñar prácticas que no contradigan esto y así poder determinar el alcance de los compromisos sociales deben cumplir las empresas u organizaciones.
Sin embargo, surge la obsolescencia programada como una estrategia cuya finalidad es incrementar el consumo, estimulando la mente del consumidor para que cambie frecuentemente los equipos, lo que trae consigo mayores gastos a las personas. Esto ocurre porque los equipos están elaborados para tener una vida útil relativamente corta y así obligar al consumidor a estar realizando un gasto con mayor frecuencia.
Costo ambiental de la obsolescencia programada
En cuanto a la aplicación de la obsolescencia programada, esta trae consigo consecuencias negativas para la sociedad, ya que el hecho de que los productos tengan una vida útil menor, genera mayor desechos contaminantes al medio ambiente, sin considerar que los recursos naturales son agotables en el ambiente.
La problemática se incrementa debido a que estos desechos en su mayoría son altamente contaminantes, no son degradables o el tiempo para su descomposición es muy prolongado, lo que generaría un peligro para la salud humana y por consiguiente, el deterioro medioambiental.
Es necesario que el Estado, conjuntamente con la colectividad, tomen conciencia de las consecuencias que acarrea el desechar productos al medio ambiente, lo cual genera un incremento de la contaminación ambiental.
Responsabilidad Social Empresarial
A nivel mundial, son muchas las organizaciones que se han sumado al cumplimiento de este tipo de acciones que benefician el medio ambiente. Se fundamenta en principios clave de derechos humanos, estándares laborales, ambientales y éticos.
Una de las organizaciones que más se ha pronunciado al respecto, ha sido la Organización de Naciones Unidas (ONU), la cual elaboró y promocionó el denominado Pacto Mundial de las Naciones Unidas (Global Compact), siendo la mayor iniciativa de Responsabilidad Social Corporativa del mundo, conformada por más de 8 000 entidades firmantes en 135 países.