Con la proliferación de los teléfonos móviles, también han comenzado a surgir empresas y organizaciones no gubernamentales que compran los teléfonos usados para reciclarlos o reenviarlos a países en vías de desarrollo. A la hora de elegir donde enviarlo hay que elegir una empresa u ONG de confianza ya que la Asociación Multisectorial de Empresas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica (Asimelec) ha denunciado que algunas de estas empresas envían los teléfonos a países con una protección ambiental menor aumentando el impacto que si lo tiráramos aquí.
La mayoría, sin embargo, utiliza el mismo proceso. Primero separan los móviles que se pueden volver a utilizar, que se envían a países en vías de desarrollo, de los que no se pueden arreglar que son enviados al reciclaje. En España, es la Fundación Tragamóvil la que recicla la mayor parte de estos teléfonos independientemente del lugar dónde lo vendamos. Solo en 2014 esta Fundación recicló 372.000 kilos de teléfonos móviles y smartphones.
Hay que tener en cuenta que de cada móvil es posible reciclar hasta un 90%, una cifra inusualmente alta para un aparato electrónico. Concretamente, la mayor parte del reciclaje es plástico, seguido del vidrio y distintos metales pesados que hay que separar durante el proceso. Para lograrlo, una vez que llegan a la planta de reciclaje primero se clasifican y se retiran todos los elementos nocivos, a continuación se trituran todos los materiales y finalmente la pasta resultante se somete a un proceso de selección mediante imanes y calor que hace que los distintos materiales se separen y sean aptos para la reutilización o el reciclado.
Además de lograr reciclar plástico, metal y vidrio y reducir las emisiones de CO2, otro de los materiales más importantes que se logran conseguir es el coltán, una aleación de minerales muy extraña que solo se encuentra en la República Democrática del Congo y que es imprescindible para la elaboración de los smartphones. La importancia de estos minerales ha desencadenado guerras interminables en el país africano que continúa siendo el más pobre del mundo pese a poseer todas las reservas de un mineral caro e indispensable para el Primer Mundo.
Además del coltán, gracias al reciclaje también se encuentran oro, zinc, paladio o cobre, aunque en pequeñas cantidades. Para que nos hagamos una idea, harían falta cinco toneladas de smartphones para conseguir un gramo de oro. Estas pequeñas cantidades de metales son, sin embargo, indispensables para el correcto funcionamiento de los teléfonos. Hasta hace pocos años el principal inconveniente para lograr un porcentaje más elevado de reciclaje era el plástico que no se sabía reutilizar. Hoy ya tiene nuevas aplicaciones lo que ha conllevado la deseada cifra del 90% de materiales reciclables aunque falta por descubrir cómo salvar las baterías.
Si tienes un teléfono que ya no vayas a usar, tienes dos opciones para que otra persona pueda aprovecharlo y, de este modo, evitar que se sigan generando residuos: dona tu terminal a una ONG para que se lo envíen a alguien que lo necesite, o bien vende tu móvil en Comparaiso u otra página que ofrezca este servicio, de modo que puedas aligerar el coste de tu nuevo teléfono móvil.