En el año 1972, en la 45 edición de los Premios Oscar, Michael Caine, Laurence Olivier, Peter O’Toole, Paul Winfield y Marlon Brando se disputaban el premio al Mejor actor. Cuando este último fue anunciado como el ganador por su interpretación de Vito Corleone en “El Padrino”, una mujer subía al escenario en su lugar.
La chica en cuestión se hacía llamar Sacheen Littlefeather, era de origen nativo americano y una activista por los derechos de su pueblo que llegaba a los premios de la Academia con la venia de Brando a protestar por lo que hacía Hollywood con su imagen y por la masacre de Wounded Knee.
“Con mucho pesar vengo a decirles que Marlon Brando no puede aceptar este generoso premio y esto se debe al trato que le da la industria cinematográfica y la televisión a los indios americanos y también por lo ocurrido recientemente en Wounded Knee”, dijo Sacheen Littlefeather, cuyo nombre traducido al español significa “pequeña pluma”.
Tiempo después de este hecho, Brando declaró a los medios: “Cuando fui nominado por “El Padrino”, me pareció absurdo ir a la ceremonia. Resultaba grotesco festejar a una industria que había difamado y desfigurado sistemáticamente a los indios norteamericanos a lo largo de seis décadas, mientras en aquel momento doscientos indios se hallaban sitiados en Wounded Knee”.
"La comunidad cinematográfica ha sido responsable por degradar a los indios y burlarse de su cultura, proyectándolos como salvajes, agresivos y malvados. Ya es bastante duro para los niños crecer en este mundo y, cuando los niños indios ven a su raza retratada de la forma en que aparece en las películas, sus mentes son heridas de formas que quizá nunca logremos comprender", escribió el actor en aquel entonces.
Sus palabras provocaron gran revuelo entre los asistentes, quienes se dividieron entre aplausos y abucheos ante la inesperada intromisión.