Por Gema Gómez. Directora de Slow Fashion Next.
Hace unos días la prensa se revolucionaba con la noticia de que Primark había retirado unas chanclas para hombre que se habían vendido desde enero en el Reino Unido. Dichas chanclas contenían criseno, un hidrocarburo que se utiliza para la producción de tintas y que puede irritar ojos y piel, y en contacto con el sol puede provocar quemaduras. Igualmente Primark ha tenido diferentes problemas con otros productos.
Tenemos que decir en defensa de Primark que no es solo es esta compañía, sino que cualquiera de las marcas convencionales que analicemos hoy en día contienen multitud de químicos como lo demuestra por ejemplo el estudio “Trapos Sucios” llevado a cabo por Greenpeace dónde se encontró que de 15 marcas de 18 países, la mayor parte de ellas contenían nonilfenoles en cantidades superiores a las permitidas.
Pero no entremos todavía tanto en detalle y vamos a intentar entender por qué pasan este tipo de cosas. El problema es que existe una cantidad ingente de químicos y de muchos de ellos ni siquiera tenemos referencia. En Europa tenemos, desde el año 2007, un reglamento la norma REACH, qué es el acrónimo de registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias y mezclas químicas. Se han registrado ya más de 150.000 químicos que puede parecer una cantidad importante, y lo es, pero todos los químicos que se utilicen por debajo de una tonelada no existe obligación de registrarlos, con lo cual hay una gran cantidad de químicos en muchos productos de los que no tenemos constancia y con los que nos relacionamos habitualmente, desde los pesticidas, insecticidas, y herbicidas, que se usan en cultivos a los detergentes que usamos en casa.
Los responsables de registrar estos productos son las empresas fabricantes y o importadoras, qué son según el reglamento, las responsables de gestionar el riesgo de estas sustancias y están obligadas a reportar a la ECHA que es el organismo europeo que se encarga de la gestión de la norma REACH. Otra de las grandes problemáticas es que la mayor parte de productos se producen en países con legislaciones muy laxas en temas de medio ambiente, con lo cual, apenas se tienen en cuenta estos temas en su legislación.
Sumado a estos problemas, de la ingente cantidad de químicos tóxicos que existen, así como de su regulación y de la baja regulación en los países donde se producen, se suma un problema más y es que si tenemos poco conocimiento de los químicos tóxicos con los que nos relacionamos menos conocimiento tenemos aún de las consecuencias de la interacción de estos químicos tóxicos en nuestra salud y la del medio ambiente cómo nos comentaba el Doctor Nicolás Olea Catedrático de la Universidad de Granada y uno de los mayores expertos en este tema a nivel mundial en la jornada del Museo del Traje cuando nos hablaba de este hecho y otros muchos.
Se trata de sustancias que son bioacumulativas, es decir, que se acumulan en nuestros tejidos, que son persistentes, es decir, que se quedan en nuestro cuerpo y en el medio ambiente durante mucho tiempo y, como decíamos antes, que no tenemos constancia de los efectos que pueden provocar cuando diferentes sustancias entran en contacto. Si hoy en día nos hicieran un análisis de sangre a cualquiera de nosotros, se encontrarían entre 100 y 300 químicos según los científicos. Y el problema mayor de estas sustancias es para los que aún no han nacido, cuanto mayores somos, nacimos en una época en la que había menos carga química en el medio ambiente, mientras que ahora los bebés nacen con una carga química medioambiental mucho más alta como me recordaba en una conversación la Doctora Elisabet Silvestre autora del libro “Vivir sin tóxicos”. Estas sustancias no solamente pueden producir alergias o quemaduras en contacto con el sol, también son disruptores hormonales y responsables de alergias, diabetes, desarrollo de cánceres y enfermedades nuevas como la sensibilidad química múltiple (SQM), que es una hipersensibilidad a los químicos y que puede obligar a la persona que lo padece a vivir en completo aislamiento.
Dra. Elisabet Silvestre, autora del libro “Vivir sin Tóxicos” (imagen: El Herbolario)
Volviendo a la ropa y y el calzado, en una simple camiseta puede haber restos de pesticidas, insecticidas y herbicidas de los cultivos, que no hay que saber mucho para darse cuenta de que si están diseñados para matar seres vivos, pueden también tener efectos muy adversos en nosotros. Igualmente puede haber formaldehidos que son antiarrugas, ftalatos que ablandan plásticos, sustancias cloradas blanqueantes, disolventes como el tricloroetileno, perfluorados que hacen las prendas impermeables y que repelan manchas, metales pesados, alquinofelones o compuestos retardantes de llama, entre otros muchos. Además de afectar a nuestra salud, estas sustancias contaminan el agua, los suelos y también especies animales, pasando por esta vía a la cadena trófica y después a nosotros.
DETOX CATWALK GREENPEACE vía VICE
Muchas grandes cadenas han firmado la campaña Detox de Greenpeace, en la que se comprometen a eliminar estos químicos para el 2020. Pero a día de hoy podemos decir que está prácticamente todo por hacer mientras que los ríos de los países productores textiles están muertos como veía el otro día en el fantástico documental River blue. Por el momento yo diría que lo más sensato sobre todo si padeces una enfermedad o tienes un bebé, es de consumir productos que tengan certificaciones exigentes, como por ejemplo GOTS, y marcas que lo usen como Organic Cotton Colours, especialistas en SQM y ropa de bebé, o CleoVeo que utilizan materias sin químicos tóxicos; puedes encontrar muchas alternativas mucho más saludables para tus hijos y para ti con certificaciones en el #DirectorioSFN de marcas de moda sostenible en modaimpactopositivo.com
Mono CleoVeo en modaimpactopositivo.com
Te animo a que escribas aquí abajo tus ideas, tus conclusiones, tus sugerencias…la idea de este post es que nos sirva a todos para reflexionar sobre este tema tan importante y tan poco visible en la sociedad actual y que desde aquí seamos capaces de dar pasos hacia una industria textil mucho más sana para todas y todos ¿nos ayudas ? ¡esperamos que nos cuentes!
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