Con la aprobación del anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética (LCCTE) en el Consejo de Ministros del Gobierno de España el pasado 22 de febrero de 2019 se ha abierto un nuevo escenario que cambiará radicalmente la forma en la que los ciudadanos conciben el día a día, algo de lo que la movilidad tampoco se salva.
La LCCTE será el marco normativo e institucional que facilite y oriente la descarbonización de la economía española a 2050, tal y como establece la Unión Europea y el compromiso adquirido mediante la firma del Acuerdo de París.
Esta hoja de ruta para que el país sea neutro en emisiones es un paso muy importante que aportará estabilidad y facilitará una transformación gracias a la cual se ganará en prosperidad, seguridad, generación de empleo, innovación, desarrollo tecnológico y justicia social.
Hay que tener en cuenta que la Administración espera que la movilidad y el transporte reduzca las emisiones en 28 millones de toneladas de CO₂ equivalente en los próximos diez años y prevé que un 35% la proporción de pasajeros por kilómetro en desplazamientos que ahora se realizan con vehículos de combustión se hagan por transporte público, en bicicleta o a pie.
Se estima que la penetración de renovables en el sector de la movilidad sería de un 22% en el año 2030 gracias a la incorporación de unos cinco millones de vehículos eléctricos (coches, furgonetas, motocicletas…) y el uso de biocarburantes avanzados. De hecho, una de las claves de la LCCTE es que para el año 2040 los vehículos nuevos que se vendan tendrán que ser de cero emisiones de CO₂.
Una ley de gran utilidad para Canarias
Si abordamos la situación en Canarias, hemos de saber que el archipiélago no es energéticamente autosuficiente y ha de importar casi toda la energía del exterior –con un origen eminentemente fósil– en una factura que es dividida entre los habitantes de las islas.
De esta forma, las miles de personas que habitan en el archipiélago canario podrán beneficiarse de todas las ventajas actuales (y las que se aprueben en un futuro) de los vehículos eléctricos, como las siguientes:
Cero emisiones
Mínimo consumo
Menos averías mecánicas
Mantenimiento casi inexistente
Mayor eficiencia del motor
Comodidad y confort
Facilidad en las ciudades
Ventajas fiscales
Incentivos de compra
No en vano, en los últimos años han surgido novedosos sistemas de movilidad que ayudan a reducir los gastos en energía, como el renting flexible, el carsharing o el motosharing, entre otros. Precisamente este último se presenta como una gran opción para las islas, ya que la gran cantidad de vehículos presentes en nuestras ciudades hace que contar con una moto eléctrica, como las que ofrece Silence Canarias, sea una solución del todo lógica.
Además, muchos usuarios de vehículos eléctricos se sienten pioneros y muy orgullosos de conducir este tipo de vehículos. Se estima que el índice de satisfacción de los mismos es superior al 90%, lo que ha generado un sentimiento de comunidad entorno a ella, por lo que inevitablemente los vehículos eléctricos son el futuro de un sector –el automovilístico– sin el que la ciudadanía no podría vivir.