Esta mascarilla se puede utilizar en todo tipo de cabellos, especialmente en los débiles, quebradizos y apagados. Cumple dos funciones, no sólo hidratará y nutrirá nuestro cabello en profundidad, sino que además lo protegerá de las condiciones medioambientales y nos ayudará a frenar y evitar la caída del cabello aportando brillo y suavidad. Todo un cocktail de beneficios para la salud capilar.
Como siempre, para que se entienda mejor la eficacia de los productos que elaboro, me gusta explicar los beneficios de cada ingrediente que utilizo:
El Aceite de Coco nutre, fortalece y sanea el cabello. Sus beneficios sobre cabellos secos, castigados y maltratados están más que reconocidos. Su capacidad humectante lo hidrata y mantiene esta hidratación a la vez que le proporciona un aspecto brillante. Al ser antibacteriano resulta beneficioso también para prevenir la caspa, dermatitis y otras afecciones típicas del cuero cabelludo. Otro de sus beneficios sobre el cabello, sobretodo si sufres encrespamiento, es que posee la capacidad de evitar que la humedad ambiental sea absorbida por el pelo, por ello resulta tan eficaz para evitar el pelo encrespado.
El Aceite de Ricino es otro de los aceites que además de ser barato posee nutrientes muy beneficiosos para el cabello ya que suaviza el cabello, previene la caída y estimula el crecimiento del pelo. Es un buen acondicionador, humectante capaz de reparar el cabello castigado y las puntas abiertas.
El Romero activa la circulación sanguínea evitando la caída del cabello a la vez que promueve el crecimiento del mismo.También lo fortalece y ayuda a prevenir las canas. Por cierto, el aceite esencial de romero también despeja la mente y mejora la memoria.
La Manteca de Karité hidrata el cabello y tiene la capacidad de regenerar los cabellos secos y quebradizos dejándolos con un aspecto sedoso y brillante.
La Manteca de Cacao también hidrata en profundidad y deja el cabello brilante. Es muy beneficiosa en los cabellos secos, protege las células de la piel y del cuero cabelludo y penetra en las capas más profundas de la piel.
El Emulsionante BTMS tiene la capacidad de desenredar el cabello. Se utiliza mucho para elaborar productos capilares. Podemos utilizar otros emulsionantes pero si tenemos opción de emplear alguno más apropiado para uso capilar mejor.
Añadir un poco de Alcohol Cetílico, proporcionará más consistencia a la mascarilla y también hará que nuestra piel la absorba más rápidamente.
La Glicerina mantiene la humedad de la piel y la mantiene hidratante a la vez que la repara. También aporta suavidad.
El Aloe Vera posee una gran capacidad de regeneración celular gracias a su capacidad de penetrar en todas las capas de la piel. Regula el cabello graso y estimula los folículos capilares lo que consigue que el pelo crezca más fuerte y sano de manera espectacular. Elimina las impurezas, hidrata y nutre en profundidad. Sus propiedades sobre el cabello son similares a las de la queratina ya que ambos poseen los mismos nutrientes.
La Vitamina E también es beneficiosa para el pelo seco, lo suaviza, previene roturas y puntas abiertas. Tiene propiedades antioxidantes para proteger el cabello del daño ocasionado por la oxidación.
Y por último la Proteína de Trigo, un principio activo ideal para los cabellos finos, ásperos y con puntas abiertas. Posee una gran capacidad reparadora sobre el cabello, facilita el peinado y protege el pelo de efectos medioambientales y de los daños producidos por secadores y planchas.
Ingredientes (para unos 120ml aprox. de producto):
Fase oleosa:
10 gr de aceite de coco
10 gr de aceite de ricino
10 gr de aceite de romero
10 gr de manteca de karité sin refinar
20 gr de manteca de cacao
10 gramos de emulsionante BTMS
2 gr de alcohol cetílico
Fase acuosa:
60 gr de hidrolato de romero o infusión.
6 gr de glicerina
6 gr de aloe vera concentrado o en gel
Principios activos:
2 gr de proteína de trigo (queratina)
3 gotas de vitamina E
10 gotas de aceite esencial de romero
Otros ingredientes:
5 gotas de Geogard como conservante
2 gotas de ácido láctico para regular el ph
Utensilios:
1 tarro de unos 150-200 ml de capacidad
1 batidora
1 bol con agua fría
1 termómetro de laboratorio
1 espátula
1 balanza de precisión
tiras medidoras de ph
Elaboración:
Cómo siempre desinfectamos con alcohol todos los recipientes y utensilios que vamos a utilizar.
Pesamos por un lado los ingredientes de la fase oleosa y por otro lado los de la fase acuosa, pero en la fase acuosa dejamos apartados el aloe vera y la glicerina.
Pesamos todos los aceites, mantecas y emulsionantes
Por otro lado, pesamos el hidrolato o infusión de romero
Calentamos ambas fases al baño maría por separado, por un lado todos los aceites, mantecas y emulsionantes y por otro lado el hidrolato de romero hasta que todos los ingredientes de la fase oleosa se hayan disuelto por completo. Normalmente esto sucederá cuando hayamos alcanzado temperaturas de 70º aproximadamente, dependiendo de los grados de fusión de los ingredientes que utilicemos.
Aquí vemos la fase oleosa al baño maría
Retiramos ambos recipientes del fuego y comprobamos que estén a una temperatura de entre 65º-70º.
Una vez se funden todos los ingredientes de la fase oleosa y estén ambas fases a 65º aprox ya podemos emulsionar
Añadimos el aloe vera y la glicerina al hidrolato de romero y mezclamos para que se integren bien.
Seguidamente con la batidora en mano, agregamos muy poco a poco la fase acuosa a la oleosa batiendo con la batidora durante unos minutos hasta que la mezcla se haya emulsionado bien.
Al batir subirá una espuma que luego desaparecerá
La emulsión subirá por la creación de espuma al batir, no pasa nada, luego reducirá.
Cuando tengamos formada la emulsión, la ponemos de nuevo al baño maría pero esta vez en frío, en el bol que hemos preparado con agua fría, y seguimos batiendo de nuevo hasta que esté fría.
Una vez tenemos la emulsión lista podemos ver como la espuma ha desaparecido y apreciamos la textura de la mascarilla
Seguimos batiendo al baño maría pero en agua fría
Una vez haya enfriado ya podemos poner los principios activos y conservantes, mezclándolos uno a uno por separado.
Una vez fría añadimos uno a uno y mezclando todos los principios activos y conservantes
Cuando tengamos ya todos los ingredientes bien integrados comprobamos el ph con las tiras reactivas.
A mi me ha salido un ph de 6, éste ph es apto para productos cosméticos capilares pero prefiero bajarlo un poco añadiendo un par de gotas de ácido láctico. Los productos con ph entre 3.5 y 5.5 son beneficiosos para el cabello y aportan brillo. Lo que no debemos utilizar en el cabello son productos con ph alcalinos, superior a 7 ya que lo dañarán.
Volvemos a comprobar el ph y si es correcto ya podemos envasar nuestra mascarilla, disfrutarla y a presumir de pelo.
Aquí podemos apreciar el resultado final de la mascarilla.
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