Desde que empecé a informarme de manera activa sobre temas de conservación y de ecologismo, hay un tema con el que me he tropezado continuamente: la famosa desaparición de las abejas. De pasada en artículos online, como referencia en Doctor Who, o protagonizando páginas científicas: la población mundial de abejas está en declive, y al parecer, las consecuencias son fatales.
¿Qué está pasando?
Empecemos por el principio: obtener miel no es tan inofensivo como parece. Las abejas son animales (insectos) que pueden pensar y sentir, como los humanos, ya que tienen cerebro y sistema nervioso central. En una emergencia, su gran prioridad es la miel. De hecho, tanto en incendios como en el ahumado de la colmena por parte de un apicultor, su instinto las lleva a engullir toda la miel que puedan.
Cada gota de la cucharadita que echas en tu té es una historia de esfuerzo. Para hacer 500 gramos de miel, una colmena debe polinizar hasta dos millones de flores, y recorrer hasta casi 90.000 km para hacerlo. Una sola abeja produce en toda su vida lo suficiente como para llenar una cuchara de postre… ¿no demasiado, verdad? Esta, además, resulta esencial para toda la colmena en invierno, cuando el néctar es escaso.
Normalmente, no obstante, la miel acaba en manos humanas. Y es que hemos desarrollado todo un sistema para aprovechar este producto y controlar a las abejas. Aunque es fácil imaginar una colmena, gran parte de la miel en el mercado proviene de granjas de abejas. En estas, los insectos se encuentran en cajas especiales, y son transportados de aquí para allá para polinizar cultivos. Es frecuente también que sus dietas se vean limitadas a monocultivos con grandes cantidades de pesticidasque pueden afectar su salud.
En el documental Farmageddon se explican las consecuencias de una agricultura intensiva llevada al extremo, como es el caso de la polinización industrializada, un negocio que se está expandiendo rápidamente a la vez que la población de abejas cae en picado. En ciertas partes del mundo, dicen los apicultores de la película, como resultado de la agricultura industrial, ya no hay suficientes abejas para polinizar cultivos, por lo que los agricultores se ven obligados a contratar o alquilar los servicios de la industria de la polinización industrializada.
Pero, ¿cómo hemos llegado a esta situación, por qué no hay suficientes abejas?
Por qué están desapareciendo las abejas
Hace diez años, algunos apicultores empezaron a notar como grandes grupos de abejas aparentemente sanas decidían abandonar para siempre sus colmenas. Se estaba produciendo lo que se conoce como Problema de Colapso de Colonias (CCD), uno de los grandes problemas con los que contamos actualmente.
Tan grave es, que casi un tercio de las colonias de abejas de la miel ha desaparecido ya en Estados Unidos. Antes de que el impacto sea fatal e irreparable, los científicos están intentando encontrar qué está causando este comportamiento. Hasta ahora, estas son las razones que se han descubierto:
Pesticidas, herbicidas, y otros químicos
Los químicos utilizados en agricultura están muy relacionados con la muerte de las abejas. Para repeler a otros insectos, animales o parásitos, llenamos millones de cultivos con pesticidas y desarrollamos productos modificados genéticamente. Productos que acaban en nuestro estómago, por cierto, pero que también acaban enfermando y matando a las abejas. ¡Por esta razón, el 58% de la población de abejas de la miel de Canadá pereció!
Parásitos, virus, ácaros, y patógenos
A causa de los químicos ya mencionados, el sistema inmunológico de las abejas se ve debilitado y más susceptible a infecciones, virus, parásitos, y ácaros. En ocasiones, estas infecciones se transfieren de un país o área a otro, a la vez que se transportan colmenas para la polinización industrializada.
Otras razones
Existen otros motivos por los que está aumentando la desaparición de las abejas, como por ejemplo los métodos industriales de reproducción usados (como el uso de drones para fecundar a la abeja reina), o incluso las ondas electromagnéticas de los teléfonos móviles (un estudio suizo observó el impacto que estos dispositivos tenían en varias colmenas, y concluyó que podrían estar dañando a las abejas de todo el mundo).
Sea lo que sea, si sigue así la cosa, las abejas lo tienen crudo. Y con ellas, nosotros también. Tanto dependemos de ellas, que ¡si desaparecieran, solo podríamos sobrevivir unos cuatro años! Y es que son un elemento indispensable en la cadena vital.
La importancia de las abejas
Si las abejas desaparecieran de la superficie del planeta, el hombre tendría solamente cuatro años más de vida. Sin abejas, adiós a la polinización, adiós a las plantas, adiós a los animales, y adiós al hombre – Albert Einstein
La función principal de las abejas es polinizar diversas especies de plantas y flores. Polinizan desde cultivos de lima y limón hasta plantaciones de mangos, melocotones, y judías verdes.
Si las abejas llegaran a extinguirse, perderíamos recursos bastante importantes en nuestra vida diaria, así como medicinas, algodón para la ropa, café, y una gran parte de frutas y verduras como manzanas, cerezas, uvas, kiwis, albaricoques, aguacates, arándanos, coliflor, brócoli, espárragos verdes, peras, melocotones, mandarinas, olivas, almendras, zanahorias, pepinos, cebollas, calabacines, cacahuetes, soja…
Y es que las abejas polinizan el 70% de los cultivos mundiales que destinamos a nuestro consumo alimenticio. Además, la desaparición de las abejas supondría grandes dificultades para la industria alimentaria, que provocaría a su vez un importante aumento en el precio de la comida.
Está claro que necesitamos a las abejas más de lo que ellas nos necesitan a nosotros. Así pues, es hora de que nos concienciemos sobre el asunto y de que consideremos seriamente empezar a tomar decisiones que ayuden a conservar a esta especie.
Pronto publicaré un post sobre cómo ayudar a salvar a las abejas para aquellos interesados. ¡Estate atento!