Dos de los mayores retos que enfrentan la mayoría de las empresas hoy en día son la eficiencia energética y cómo usar el Big Data para el manejo eficiente de sus recursos. Y es que según la compañía Schneider Electric, utilizando la tecnología se puede ahorrar hasta un 30% de la energía en nuestros edificios.
Mejorar el rendimiento de sus edificios no sólo reduce el consumo de energía, sino que cuando se hace bien, también aumenta la productividad y la comodidad de los ocupantes. Hacerlo bien requiere reunir los datos de la energía del edificio, y convertir esos datos en información útil e importante para que los tomadores de decisiones sean capaces de efectuar los cambios necesarios. Para ello se deberían seguir los siguientes pasos:
Recopilación de los datos.
Establecer metas.
Visualización de conocimientos.
Seguimiento y medición
Mientras que las organizaciones saben que recolectar datos de energía es algo necesario y valioso, a menudo encuentran el proceso muy ineficiente y demasiado difícil de ejecutar. Especialmente si cuentan con varios edificios, sus datos de energía pueden venir de una variedad de fuentes distintas.
Recopilación de los datos.
Los dos factores más comunes y estresantes que obstaculizan el proceso de recolección son:
Falta de estandarización en toda la organización: no hay reglas ni normas estandarizadas a nivel estatal para la recolección de los datos de consumo energético, por lo que la mayoría de los proveedores operan bajo sus propias reglas.
Información aislada: los datos de energía se encuentran en varios departamentos y fuentes individuales.
La base para cualquier programa de energía se basa en la recopilación de datos de dos fuentes principales: facturas de servicios públicos y medidores de utilidad. Esos datos deben ser estratégicamente y eficientemente agregados usando una plataforma de gestión de edificios la cual debe estar disponible en la nube, algo que hoy día no debe revestir complicaciones, por ejemplo, así se puede crear una web fácilmente y tener acceso a los datos en cualquier sitio y momento que se requiera .
Establecer metas. Una vez se tengan los datos masivos, es el momento de convertirlos en conocimientos prácticos. Pero incluso antes de que esto pueda suceder, primero se deben establecer objetivos específicos. Entre éstos encontramos: objetivos que respondan a preguntas específicas relacionadas con la sostenibilidad, la reducción de costos, el confort de los inquilinos, etc. Así como valores métricos específicos y puntos de referencia para determinar si el valor de una métrica es significativo.
Visualización de ideas. Después de haber determinado qué es importante y que no, es hora de convertir el Big Data en algo fácil de leer y entender. El uso de gráficos por ejemplo permite que usted y los tomadores de decisiones entiendan cómo los edificios consumen la energía, e identifiquen las áreas que necesitan mejoras y vean y capten con facilidad conceptos difíciles o descubran nuevos patrones. Los tomadores de decisiones que entienden completamente cómo sus edificios utilizan la energía, pueden entonces hacer inversiones más inteligentes, diseñar mejores políticas y aplicar programas de eficiencia energética, como los descritos en este post anterior.
Cuando llegue el momento de entregar sus conocimientos, recuerde basarlos en datos en tiempo real y preciso, entregarlos de manera oportuna, proporcionar suficiente información sin abrumar a su audiencia y tratar correctamente cualquier valor atípico.
Seguimiento y medición. Una vez que hayan tomado medidas basadas en las percepciones significativas, se debe continuar leyendo y analizando los datos para medir sus resultados. Comience definiendo metas y utilizando indicadores clave de desempeño, luego evalúe el desempeño comparando sus edificios y observando el uso general y normalizado de la energía. Y finalmente reevalúe su proceso basado en sus metas para ver cómo realmente está funcionando.
De esta forma empresas de la talla de Google, logran una estrategia que les garantiza sostenibilidad en sus operaciones.
Aprovechar los datos de energía y las ideas para una mejor gestión de edificios no es la única razón. Tener edificios más sostenibles conlleva un buen ahorro de dinero, pero también puede ayudar a su organización a proporcionar un ambiente de trabajo más seguro, lograr transparencia corporativa, satisfacer las expectativas de los inquilinos y aumentar la productividad y felicidad de los empleados.
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