La cosmética tradicional ha utilizado desde siempre ingredientes procedentes de animales con diversos fines: las crestas de gallos como fuentes de ácido hialurónico, escamas de peces como sustancias nacarantes de geles y maquillajes, colágeno procedente de desechos animales, cartílago de tiburón, albúmina de huevo…
Cabe destacar que, ya desde hace años, están prohibidas las pruebas en animales, aunque existen marcas que todavía alardean de no hacerlas. Esta es una de las prácticas habituales en el llamado “greenwashing”, que consiste en utilizar argumentos parciales para defender el carácter natural, ecológico o vegano de un producto.
La defensa de los animales es una de las convicciones, la más conocida de la cultura vegana, pero no la única.
Existe una diferenciación entre vegetarianos y veganos. Los vegetarianos aceptan ingredientes elaborados por animales, exigiendo que no exista maltrato; mientras que el consumidor vegano sólo acepta elementos vegetales, considerando la explotación de éstos para la obtención de ingredientes, un maltrato en sí mismo.
La base del veganismo es el respeto por los animales, no aceptando su explotación para fines comerciales. Pero además, el vegano propugna una vida sin productos de origen animal, por el impacto que éstos provocan en nuestra salud y en la del planeta. Los lácteos, los productos apícolas, así como los de granja (huevos, por ejemplo) consumen una gran parte de los cada vez más escasos recursos del planeta.
La ganadería exige una mayor superficie de cultivo para los animales; mientras que el consumo de cultivos exclusivamente para alimentación humana requeriría un tercio de tierras, evitando en gran medida la deforestación; y un menor consumo de recursos hídricos.
Consumos excesivos de agua, deforestación, calentamiento… son algunos de los motivos que esgrime la “Vegan Society” para defender sus posturas. En un planeta ya superpoblado, debemos convertirnos en consumidores conscientes de nuestra huella en el mismo. Nuestras decisiones de consumo deben ser evaluadas desde el punto de vista medioambiental.
Ser vegano es una forma de vida y una forma de consumir recursos del planeta.Estas son las razones que cada vez mueven a más consumidores a pasarse a la vida vegana. Y ellos exigen información para tomar estas decisiones de un modo consecuente.
Sin embargo, una vez más, desde el lado de los pequeños productores, resulta necesario pagar una certificación adicional para demostrar que una marca cumple los estándares de calidad exigidos por este público. Puesto que no existen legislaciones defensoras del medio ambiente, muchas empresas que, como nosotros, han apostado por el lado BIO, necesitan ahora demostrar, mediante otra certificación, estos nuevos requisitos de producción.
En España, es la Unión Vegetariana quien se encarga de esta certificación; y establece cuatro categorías de productos:
Certificación vegetariana europea
Unión vegetariana española
Veganos: producto 100 % vegetal
Lacto-vegetariano: que contiene lácteos
Ovo-vegetarianos: contienen huevos
Ovo-lacto-vegetarianos: contiene huevos y leche
Esta certificación se puede ampliar al ámbito europeo en la misma U.V.E., obteniendo la llamada V-label.
Esencias de Luna utiliza todos sus ingredientes de origen vegetal, excepto la cera de abejas utilizada para el labial(Para este producto todavía no hemos encontrado un sustituto convincente). Así pues, pese a no poseer certificado vegano (sí estamos certificados como ecológicos por Bio Inspecta); por convicción propia, decidimos utilizar las plantas de nuestro entorno más cercano para crear una marca cosmética de calidad a un precio asequible. Todavía no nos podemos permitir una nueva certificación, puesto que somos una marca nueva.
Por eso, la revista Cuerpo Mente, de RBA editores, recoge en su número de abril un interesante artículo sobre consumo vegano, donde hace referencia a nuestra marca; y en concreto, a nuestra crema facial. Sus ingredientes (para satisfacer inquietudes veganas): Agua termal, savia de abedul, aceite de oliva, aceite de rosa mosqueta, caléndulas, malvas, trébol de prado, vitamina E y aceites esenciales BIO de romero, azahar, naranja amarga y jazmín.
Podéis conocer más sobre nosotros en http://www.esenciasdeluna.com/es/
Fuente: The vegan society