Laura Martínez, de la revista Gansos Salvajes, nos sorprendió a todos el mes pasado con un nuevo proyecto de gran éxito: un curso online gratuito sobre moda sostenible. Este es un tema que ha ganado importancia los últimos años, y que persiste en las redes sociales de manera especial tras el episodio del programa Salvados (Fashion Victims).
A pesar de su popularidad, no obstante, parece que poco sabemos sobre el asunto –aparte de que las condiciones laborales de los trabajadores que fabrican nuestra ropa son indignantes. Es por eso que decidí aprovechar la oportunidad que brindaba Laura y me apunté al curso.
Cómo vestir sostenible y no morir en el intento está destinado a personas interesadas tanto en moda como ecología, a aquellos que quieren empezar a vestir sostenible pero no saben cómo hacerlo, y a todo el que tenga un mínimo de interés en mejorar un poquito el mundo con sus decisiones de consumo.
Lo importante es tomar fuerza para pasar a la acción y poder de verdad hacer un cambio de chip que te ayuda a hacer el cambio de hábitos.
El curso consiste en tres bloques de contenido distintos. A continuación, te presento algunas de las lecciones más importantes que he aprendido en cada uno de ellos, y algunos trucos para iniciarte en el fascinante mundo de la moda sostenible.
1. INFORMACIÓN: ¿Qué es sostenible y qué no?
La moda sostenible es, como dice Laura, una fusión de moda (tendencia adoptada por una gran parte de la sociedad) y sostenibilidad (condición de conservarse por sus propias características), a la vez que un equilibrio entre sociedad, medio ambiente, y economía.
Algunos criterios que sigue la moda sostenible son el respeto de los derechos humanos, el uso de materias primas ecológicas y no tóxicas, el respeto por el medio ambiente y el objetivo de tener un mínimo impacto en este, el respeto por los animales, el principio de comercio justo con el productor y el proveedor, la reducción y reciclaje de residuos y tejidos…
Ya podrían seguir estos criterios todas las piezas de ropa, ¿no? Desgraciadamente, no es así, y resulta que las prendas de la fast-fashion solo te salen baratas a ti. ¡Una camiseta, por ejemplo, gasta casi 3.000 litros de agua, y produce casi 4 kg de CO2!
La industria de la moda desecha casi 400.000 toneladas de ropaen perfecto estado al año; ropa que tarda mucho en degradarse (sobre todo si son mezclas de tejidos), o que genera toxinas altamente tóxicas al ser incinerada.
Además, el propio sistema fast-fashion involucra en su producción químicos tóxicos (como cloros, ftalatos, pesticidas o metales pesados, que pueden generar problemas de salud y son altamente contaminantes), pérdida de biodiversidad, contaminación de ríos y mares, de aire y de tierra, desertización, plagas, disminución de la capa de ozono, generación de residuos tóxicos no degradables…
Por no mencionar las famosas condiciones laborales de los trabajadores involucrados. Estos suelen tener jornadas de hasta 20 horas, baja seguridad, sueldos insuficientes para sobrevivir, malas condiciones de higiene en el trabajo, desigualdades salariales, problemas de salud causados por los tóxicos que se manejan… Viven en una situación de semi-esclavitud, y son muy susceptibles a sufrir insolación o asfixia por química, o de resultar heridos en derrumbamientos o incendios.
Truco: Siguiendo el objetivo de Laura en este primer bloque de contenido, el primer paso que deberías tomar es disipar cualquier excusa u objeción para no involucrarte en la moda sostenible. Como consumidor, está en tus manos el poder de cambiar la demanda, la moda y los hábitos de una sociedad cada vez más responsable.
¿Qué buscar, pues? No hay prenda más sostenible que la que ya existe, pero si debes comprar una nueva, lo mejor es buscar tejidos como el algodón, cáñamo o lino ecológico, el tencel, las algas, la seda de la paz, o materiales reciclados. También puedes buscar distintos sellos y garantías, como el ECARF, Fair Wear Foundation, Global Organic Textile Standards, o Child Labor Free.
El mindset es ese cúmulo de creencias que heredamos de nuestra cultura, sociedad, y familia. Muchos hablan de cambio de chip, cuando lo que quieren hacer es transformar su mindset social y cultural por uno que se ajuste más a sus principios personales, desarrollados y aprendidos a lo largo de experiencias.
Es posible que te encuentres en este punto si te has dado cuenta de que somos una sociedad híper-consumista, viviendo en un planeta finito, con recursos limitados y actualmente en grave peligro.
Truco: Lo mejor que puedes hacer, sugiere Laura, es indagar un poco en quién eres y cuál es tu estilo personal. ¿Qué quieres transmitir con tus objetos, con tu estilo, con tu actitud, con tu ropa? No tener claras las respuestas puede llevarte a caer en la moda de tendencias, a imitar otros estilos, e incluso a relegar tus decisiones como consumidor.
¿Cómo empezar?Con el sencillo, pero efectivo paso de cuestionártelo todo. Cuestiona lo que dicen los medios de comunicación, lo que transmiten los anuncios, lo que manda la sociedad, el por qué haces según qué cosas. En este bloque, Laura nos deja con una cita de Walter Lippman que lo resume perfectamente: cuando todos piensan igual, nadie está pensando.
Lo primero a tener en cuenta es el cuidado de la ropa, tanto de la que posees como de la que compres en el futuro. Alarga la vida de tus prendas evitando productos tóxicos como la lejía o los quitamanchas, y utiliza alternativas como el bicarbonato, aceites esenciales, o jabones ecológicos.
Súmate a la moda sostenible en todos sus aspectos y ahorra energía lavando tu ropa solo cuando sea necesario, en agua fría y con el tambor lleno. Además, seca al aire cuando puedas, y plancha lo mínimo.
Cuando necesites ropa, lo mejor es ordenar tu armario, redescubrir tus prendas y hacer una lista de lo que de verdad necesitas. Normalmente muchas de nuestras necesidades iniciales desaparecen. Si aun así crees que necesitas comprar prendas nuevas, ve de compras con tu lista y sigue estas dos reglas básicas: evita la compra impulsiva y compra solo si te encanta la prenda (y si la vas a llevar más de dos temporadas).
Algo que también deberías acostumbrarte a hacer es mirar las etiquetas. Busca en ellas sellos y garantías de sostenibilidad, mira la procedencia de la prenda, evita las mezclas de tejidos y busca materiales sostenibles.
Truco: Hay varias cosas que puedes hacer para no caer en el consumo impulsivo o emocional. Por un lado, puedes salir a comprar sin dinero, crear una lista de deseos y esperar un tiempo para ver si estos persisten (normalmente no). Por otro lado, puedes optar por alternativas como el upcycling o reciclaje de prendas, la compra de segunda mano, el intercambio de ropa o la reparación de prendas rotas.
A tener en cuenta:Como bien recuerda Laura, es imposible ser 100% perfectos. Así pues, no te desesperes con tus cambios y errores. Sé paciente y trabaja en un aspecto cada vez. ¡Podemos avanzar lento y aun así llegar a la cima!
Nunca he sido una adicta a las compras, pero tampoco he sido plenamente consciente de lo que significa una (aparentemente inocente) compra de, por ejemplo, una camiseta de 10 euros. La verdad es que he aprendido mucho con el curso de Gansos Salvajes, y estoy deseando llevar a la práctica toda esta teoría, tanto a la hora de consumir (¡que espero que sea menos!) como de cuidar de mis prendas actuales.
Si quieres ser más responsable y sostenible, conocer marcas, tiendas y tejidos que puedan ayudarte a expresar tu estilo personal además de cuidar del medio ambiente, entonces te recomiendo echarle un vistazo a Gansos Salvajes. Para mí ha sido un gran descubrimiento este año y, sin duda, el impulso que me faltaba para empezar a mirar con otros ojos una industria que nos rodea los 365 días del año.