Según las últimas encuestas realizadas por la UE, en todo el mundo hay unos 15 millones de animales al año que sufren crueles pruebas para demostrar la seguridad de productos cosméticos. Estas cifras son solo de la industria cosmética, por lo que habría que añadir la farmacéutica, la alimentaria, etcétera.
Muchas empresas que distribuyen cosméticos, medicamentos, alimentación y otros materiales realizan test en sus laboratorios para probar su seguridad y para mejorarlos. El problema de esta práctica es que para poder demostrar que dicho producto no va a causar problemas a la salud, se usan animales en pruebas que no suelen ser inocuas.
Muchos informes y documentales han demostrado que los animales son sometidos a pruebas en las que sufren daños y estas son conocidas como pruebas con crueldad animal.
Hay productos que deben ser testados por ley, ya que están directamente relacionados con la salud pública, en cambio hay otros que son probados únicamente para mejorarlos.
Muchas personas consideran que las pruebas relacionadas con asegurar la salud de personas pueden entenderse, pero que los relacionados con las mejoras no son comprensibles, mientras que hay quienes consideran que cualquier práctica de este tipo no puede justificarse
Aunque sí hay algunos productos que los prueban directamente en personas voluntarias, por ejemplo para mejorar el sabor de determinado alimento, como las patatas en bolsa o los chicles que son pruebas que no producen daños, la mayoría son testados en animales fáciles de manejar como cobayas, perros, gatos, gallinas, cerdos y monos.
En los laboratorios se aplican químicos o productos a testar de forma directa en la piel, en gotas en los ojos y oídos de los animales, o por vía intravenosa o intramuscular, para observar las distintas reacciones en el pelo, piel, en el funcionamiento de los órganos y en el comportamiento.
Desde hace años se viene reconociendo esta práctica como maltrato animal. La UE comenzó a prohibir esta práctica en la industria de los cosméticos implantando una ley en 2009 que la hizo ilegal, así como la venta o importación de ingredientes para cosméticos que hayan sido testados en animales.
Si el producto proviene de China, lo más probable es que haya sido probado en animales. Según la legislación del país, es ilegal no probar los productos antes de venderlos.
Un producto que no es testado en animales trae un logo de un conejo o símbolo de no testado en animales en la parte de abajo, detrás o en un lateral del envase. No solo los que indican cruelty free o not tested in animals están libres de estas prácticas, sino también los productos con sello vegano, los cuales están libres de crueldad en todo su proceso de fabricación.
Los productos que no traen estos símbolos o logos, también pueden estar comprometidos con las buenas prácticas. Para verificarlo, se puede ingresar al sitio web features.peta.org donde se encuentra una barra de búsqueda con un listado completo de los artículos no testeados en animales.
Logo o símbolo para identificar un producto libre de crueldad animal o no testado en animales
También existen aplicaciones móviles que te permiten reconocer estos productos que respetan la vida animal. Se pueden buscar por marcas, categorías de productos, escanear el código de barra, etc. Por ejemplo, Choose cruelty free, Cruelty-free, Happy Bunny: shop cruelty-free, Cruelty cutter y Bunny free.
Los movimientos Cruelty free y Toxic Free están suponiendo un cambio en la industria. No solo para hacer más sensible a una práctica inhumana, sino para hacer que sea más segura y saludable. Todos podemos poner de nuestra parte para ayudar a reducir esto en todo el mundo, colaborando con asociaciones que luchan para lograrlo, identificando las marcas que realizan este tipo de pruebas y evitar consumirlas.