En la actualidad, existen una amplia variedad de especies protegidas en España como consecuencia directa del cambio climático. Si no lo paramos, perderemos nuestro valioso patrimonio natural.
Las plantas cumplen una función vital en el ecosistema terrestre, sin la cual los demás seres vivos dejaríamos de existir. Producen el oxígeno, sirven de filtro para la contaminación, y controlan la temperatura de la tierra. Son un recurso valioso que podemos perder y lo estamos consiguiendo.
El número de plantas en peligro de extinción en España supera a las especies amenazadas animales en la península ibérica, con un total de 112. La actividad humana y el cambio climático están afectando de manera directa a la biodiversidad de nuestro planeta y España no es una excepción de esta tendencia.
Entre las causas naturales que hacen que estas plantas estén en peligro de extinción, quizá la más importante sea la aparición de plagas, ya sean las grandes comunidades de insectos que devastan la población, o bien enfermedades en el ambiente que hacen morir a las plantas. Los incendios naturales, rayos, y los fenómenos meteorológicos adversos como las inundaciones, tornados o movimientos de la tierra.
Como consecuencia directa del cambio climático, existe en la actualidad una gran variedad de especies protegidas en España
En cuanto a las causas humanas, quizá la principal sea la destrucción de hábitats naturales debido a la expansión de las ciudades y a la explotación de agricultura y ganadería, dejando a las plantas en segundo plano para su crecimiento y expansión.
El conocimiento sobre la desaparición de las plantas ayudará a predecir y tratar de evitar futuras extinciones tanto de plantas como de otros organismos. A continuación las principales plantas en peligro de extinción de España:
El trébol de cuatro hojas o Marsilea batardae sigue luchando por sobrevivir. Podemos seguir encontrándolo en España, pero en regiones como la Comunidad Valenciana ya se ha extinguido
Trébol de Cuatro Hojas (Marsilea quadrifolia): es una especie de planta extinta en España aunque se puede encontrar en diferentes zonas europeas. Es una planta acuática que necesita un hábitat particular donde el agua debe estar limpia y tranquila. Pero ese hábitat que necesita para desarrollarse y reproducirse se ha deteriorado a lo largo de los años, especialmente debido al uso de métodos agrícolas extensivos.
Piña de Mar (Atractylis preauxiana): su hábitat natural se encuentra en peligro desde hace tiempo debido a la expansión de la construcción de las carreteras y la expansión de las ciudades, lo que ocasiona que los grupos que forman se separen de lo cual se origina que esté en peligro de desaparecer. Esta especie de planta endémica es originaria de las Islas Canarias.
Lysimachia minoricensis: esta especie se extinguió en la primera mitad del siglo XX alrededor de 1940 aproximadamente. Solo era conocida en una localidad de la isla de Menorca. Se encuentra extinta de su medio natural y solo crece como especie cultivada. Los intentos que se han realizado hasta ahora no han tenido éxito para reintroducirla, aunque una de sus características es que germina y se cultiva con facilidad.
El Drago de Gran Canaria es un árbol legendario y uno de los símbolos de la vegetación canaria que actualmente se encuentra en peligro de extinción
Drago de Gran Canaria (Dracaena tamaranae): esta planta que se puede encontrar en Tenerife y Gran Canaria en estado silvestre, fue descubierta a finales del siglo XIX y puede alcanzar una altura de doce metros. Su distribución se encuentra muy fragmentada y presenta un importante declive. Actualmente se encuentran censados 76 ejemplares de los cuales 13 son maduros.
Para los aborígenes, el Drago tenía características mágicas y su resina, que por ser roja se la conocía como sangre de drago, se ha utilizado desde la época de los romanos con fines médicos.
Manzanilla de Sierra Nevada (Artemisia granatensis): es una especie de planta que se encuentra de manera muy dispersa en las cumbres de Sierra Nevada. Se encuentra gravemente amenazada debido a la recolección ilegal, el ganado y los herbívoros silvestres que impiden o disminuyen su propagación. Aproximadamente quedan dos mil ejemplares de esta especie protegida en España.
Jaramago de Alborán (Diplotaxis siettiana): es una especie posiblemente extinta en su estado silvestre o natural que ha sido reintroducida, pero su hábitat natural se encuentra muy transformado. Ubicada en el islote de Alborán, entre Melilla y Almería está protegida a niveles regional y europeo, ya que su área de extensión es muy reducida. Se sigue reproduciendo en cultivos artificiales.
Al Pinsapo ya lo han dado por muerto muchas veces, pero se mantiene firme desde hace 66 millones de años. Es considerada un fósil viviente y está altamente protegido
Pinsapo (Abies pinsapo): es una especie de abeto endémico de algunas sierras de Andalucía. En términos generales, es una población muy envejecida y deteriorada debido a la escasa regeneración natural. La erosión y en sometimiento a la fuerte presión ganadera han alterado fuertemente su hábitat.
Orquídea Zueco (Cypripedium calceolus): se trata de una orquídea que crece en los pirineos españoles, en zonas de Norteamérica, Europa y Asia. Posee un sistema propio de polinización para captura de insectos a través de una trampa. También conocida como zapatito de dama se encuentra en grave regresión debido a su recolección desmedida, dado que resulta muy atractiva y llamativa.
Silene de Ifach (Silene hifacensis): planta endémica del litoral norte de la provincia de Alicante y la isla de Ibiza. Es conocida también como Esclafidora major o Esclafidora rosada, así como Colletja de roca de La Marina. Posee un número de ejemplares reproductor bajísimo y se calcula que existen en la actualidad 150 ejemplares.