El aluminio es un metal conocido por todos. Sabemos que se usa en muchas cosas, que pesa poco, que es fácilmente maleable y resistente a la corrosión. Pero, ¿sabemos de dónde proviene?
Empezaremos diciendo que el aluminio es el metal más abundante en la corteza terrestre, ocupando el tercer lugar entre los elementos que más abundan en la corteza terrestre. Pero no se encuentra de forma libre en la naturaleza, sino como mineral formando distintos compuestos y es necesario utilizar una serie de procesos para obtenerlos en forma pura y utilizable.
La mayor concentración de óxido de aluminio se encuentra únicamente en el mineral de bauxita. Para obtener el aluminio hay que transformar la bauxita en alúmina, y luego volver a transformarla esta vez en aluminio metálico mediante electrólisis. Es decir, aplicando una gran corriente eléctrica para separar sus elementos: el aluminio (que se obtiene puro), por un lado y el oxígeno (que se combina con carbón) para dar CO2.
*Su extracción supone altos costes medioambientales y económicos. ya que se necesitan grandes cantidades de agua y energía. El yacimiento más importante de bauxita se encuentra en el Amazonas, siendo la deforestación de los bosques y la gran contaminación de las agua a causa de la eliminación del lodo rojo generado durante su extracción.
*Otro gran problema medio ambiental es la cantidad de residuos que se generan en la extracción: se generan cinco toneladas de residuos minerales cargados de metales pesados; se emiten una elevada cantidad de dióxido de azufre (30kg), fluoramina (4,5kg) y vapores de alquitrán que contaminan la atmósfera y provocan lluvia ácida.
Su extracción en minas a cielo abierto, causa numerosas enfermedades respiratorias, intoxicaciones y efectos neurológicos, tanto a los trabajadores de las minas como a las poblaciones cercanas, ya que en su extracción se produce una gran dispersión de polvo rojizo.
*Y también hay que valorar el coste energético, ya que para obtener una tonelada de aluminio se necesitan 15.000 kwh en forma de calor y corriente eléctrica para los procesos de purificación, cantidad de energía tres veces superior a la empleada en fabricar 1 tonelada de acero.
Valorando el aluminio como residuo, conviene saber que si son enterrados en zonas poco preparadas, contaminan las aguas superficiales y los acuíferos a causa de los aditivos y metales pesados que se incorporan al aluminio. Si son incinerados originan contaminación de la atmósfera. Los envases de aluminio al igual que ocurre con los plásticos, a veces acaban en el mar causando daño a la fauna marina.
El aluminio tarda unos 80 años en descomponerse. Su reciclaje consiste básicamente en refundirlo una vez separado de otros materiales, siendo un material principalmente infinito de reciclar, ya que el aluminio final no pierde ninguna de sus propiedades en comparación con el aluminio virgen. En este proceso, se utiliza sólo el 5% de la energía que se necesita para conseguirlo por primer vez, con lo que tiene una gran ventaja económica para su producción.
El aluminio está muy presente en nuestro día a día, formando parte de productos donde seguramente pasará desapercibido, como pueden ser las tapas de los yogures, formando parte de las cápsulas de plástico de café, o la lámina de aluminio en las botellas de bebida de leche o batidos.
Los residuos citados anteriormente ( tapas de yogur o las láminas de las cápsulas de café), son pequeños centímetros de aluminio, que se desechan camino al vertedero o en la cadena de reciclaje debido a su pequeño tamaño o la dificultad para detectarlo y separarlo en el flujo de residuos que circula por las cadenas de la planta de tratamiento de residuos. Pero sumando todos esos pocos, hacen un mucho de aluminio que se desecha y no se recicla.
Por pequeño que sea el residuo de aluminio, está en nuestras manos colaborar para ayudar a que se recicle correctamente, y de esta manera ayudar al medio ambiente, ya que reduciremos el coste ambiental para conseguirlo como materia prima.
Una buena manera de ayudar a su reciclaje consiste en algo tan sencillo y fácil de realizar, como juntar los residuos creando un residuo de mayor tamaño fácil de identificar, separar y tratar.
Las cápsulas de café tienen una fina lámina de aluminio tanto en la parte superior como en la inferior, y es muy fácil de quitar. De esta manera separaremos el plástico del aluminio, pudiendo reciclar ambos correctamente. ( Aquí os dejamos una entrada antigua sobre como reciclar las cápsulas de café: https://diariodesiembra.com/2018/11/20/capsulas-de-cafe-y-como-mitigar-su-impacto-ambiental/ )
Una manera fácil de ayudar a su reciclaje, es introduciendo estas láminas en una lata de bebida de aluminio. Las latas de bebida de aluminio son fáciles de identificar por su bajo peso, y nos podemos asegurar acercando un imán como el que tienen muchas fundas de móvil en su tapa.
*Datos obtenidos de : http://iesbinef.educa.aragon.es/departam/webinsti/otros/mep/alu/archivos/03.pdf