Ocupando un terreno de 750 metros cuadrados, a lo largo de tres niveles, el edificio ofrece una variedad de espacios para comidas casuales o exquisitas. Hay desde mesitas al aire libre con vistas al puerto hasta áreas más reservadas.
La planta baja tiene un bar, en el primer piso está en el restaurante y en el último piso otro bar más sofisticado tipo chill out.
El edificio es el resultado de una competición en diseño, la estructura fue proyectada por la oficina Collins y Turner para el chef de cocina australiano Matt Moran. Lo que más llama la atención son los canteros verdes que serpentean cada nivel de la estructura. Allí crecen flores nativas, hierbas, vegetales y frutas que se pueden utilizar en el restaurante.
Situado en el sureste del recinto sur de Barangaroo, el restaurante fue abierto en diciembre de 2017. La propuesta de la competición era que se creara un edificio con una fuerte identidad visual destinada a recibir visitantes y eso fue lo que se buscó con los muchos balcones del mismo, el espacio y la integración holística de la siembra: de las plantas comestibles a las ornamentales.
Los espacios internos también están conectados por el acristalamiento y la casi completa falta de columnas. Esto también hace la conexión entre el paisaje urbano y el espacio interno.
Y finalmente, la madera usada en la construcción fue carbonizada usando la técnica tradicional japonesa Shou Sugi Ban. Con esta técnica se obtiene una mayor duración de la madera al igual que da un aspecto oscuro,el cual hace referencia al acto de quemar madera para cocinar, como en los restaurantes del interior.
Toda una obra arquitectónica buscando la conjunción de elementos en armonía con el espacio y el medio ambiente.
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